Los Colts de Indianapolis y los Saints de Nueva Orleáns ganaron sendos boletos para el Superbowl, la final del futbol americano. Estos dos equipos fueron los más fuertes en sus respectivas ligas y, por mucho tiempo, mantuvieron el invicto, el cual dejaron ir al poner a suplentes cuando ya habían ganado la clasificación.
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La decisión de haber dado descanso a los titulares fue, en principio, dudosa, porque significó perder el invicto. Sin embargo, ahora que los dos equipos se encuentran en la final, ya no importa y la decisión tomada habrá sido la correcta.
MANNNING DEMUESTRA SU VALíA
El cuatro veces JMV de la liga, Peyton Manning, lanzó tres pases de touchdown, y los Indianapolis Colts se recuperaron de un déficit de 11 puntos para vencer a los New York Jets por 30-17 ayer, en el Juego de Campeonato de la AFC.
Los Colts (15-2) regresarán por segunda vez en cuatro años a Miami, donde ganaron el Super Bowl XLI.
Manning terminó con 26 de 39 pases completos para 377 yardas. Se convirtió en el primer jugador en la historia con siete partidos de 300 yardas en playoffs. Esa marca rompió un empate con Kurt Warner y Joe Montana.
El viaje mágico de los Jets, que fueron la gran sorpresa de esta postemporada, terminó al sufrir su primera derrota en los últimos seis juegos.
New York (11-8) edificó una ventaja de 17-6, pero el mariscal novato Mark Sánchez y su ofensiva fueron blanqueados en la segunda mitad.
Jim Caldwell se convirtió en apenas el quinto entrenador en jefe novato en llegar al Super Bowl. Sólo dos -George Seifert, de los San Francisco 49ers, y Don McCafferty, de los Baltimore Colts- lo ganaron.
La ventaja de Caldwell, quien decidió no apostar a la temporada perfecta cuando quitó a sus titulares del campo en la Semana 16, es tener a Manning, quien condujo a los Colts con precisión frente a la defensiva de los Jets, la número 1 de la liga.
SAINTS GANAN EN TIEMPO EXTRA
La paciencia de Sean Payton con el pateador de lugar de segundo año Garrett Hartley finalmente se vio recompensada con el primer boleto de Super Bowl para los New Orleans Saints.
Suspendido por los cuatro primeros partidos de la temporada por consumir un estimulante prohibido, Hartley ganó de vuelta su empleo y terminó mirando al gol de campo de 40 yardas más importante en la historia de los Saints.
Hartley se sobre puso a sus nervios -sin mencionar los malos recuerdos de un gol de campo de 37 yardas fallido que pudo haber salvado a los Saints de una humillante derrota ante los Tampa Bay Buccaneers en la temporada regular- y conectó por en medio de las verticales, elevando a los Saints a una victoria de 31-28 sobre los Minnesota Vikings en el Juego de Campeonato de la NFC.
Mientras era felicitado por sus compañeros, el Louisiana Superdome hizo erupción con gritos ensordecedores, mientras unos aficionados se abrazaban a otros.
Al otro lado, un golpeado y adolorido Brett Favre salió cojeando del campo de juego quizás por última vez.
Con su cabeza baja, la mirada de dolor en su cara fue resultado tanto de una horrorosa entrega de balón al final del partido, como de un violento golpe por parte del ala defensiva Bobby McCray.
Con el partido empatado, los Vikings cerca de rango de gol de campo y pocos segundos por jugar, Favre cometió la clase de error que había evitado toda la temporada. Corrió hacia su derecha y lanzó cruzado por su cuerpo hacia Sidney Rice, y Tracy Porter se adelantó al balón para interceptar, acabando con las oportunidades de los Vikings de ganar en tiempo reglamentario.
Los Saints ganaron el volado de tiempo extra, y antes de que Favre pudiera regresar al campo, Drew Brees los condujo a posición para que Hartley consiguiera el triunfo con su gol de campo.
Peyton Manning
Mariscal de Indianapolis
Jim Leonhard
Profundo de New York
Gary Brackett
Apoyador de Indianapolis
Mariscal de New Orleans:
Brett Favre
Mariscal de Minnesota