En los últimos tiempos, la participación juvenil en la política ha generado nuevas perspectivas en el futuro de Guatemala. Claramente ha sido un tema que ha generado controversia cuestionando su preparación y experiencia. No obstante, se han ido abriendo espacios y oportunidades a este segmento. La presencia juvenil que optó a cargos públicos en las pasadas elecciones, nos dice mucho sobre el interés y compromiso que existe de una generación nueva por el futuro de su país.
Si bien la apertura que tuvieron los partidos políticos para otorgar estos espacios a las nuevas generaciones es una puerta de oportunidad para el inicio de su participación política, sabemos que viene a raíz de la actividad juvenil que se despertó alrededor del 2008 y que ha venido creciendo y puliéndose desde entonces. Inclusive influenció las estrategias de campañas electorales las cuales pudimos ver que tenían en común el mensaje de “cambio†e inclusión de la juventud en el desarrollo del país.
Este nuevo contexto ejerce presión a la juventud para actuar. Ahora, el hecho que existan estos nuevos espacios no significa que cualquiera puede ir y tomarlo sin tener la preparación necesaria, poniendo en riesgo la gobernabilidad. Y es aquí donde es crucial la formación para esos jóvenes que estarán en un futuro cercano, dirigiendo el país.
Es evidente que antes de que haya formación y preparación debe de existir la vocación de querer mejorar un país. Partiendo de que existe una vocación, es importante que el joven haga su plan de vida en base a metas y que el interés por mejorar Guatemala esté dentro de este plan. Analizar si dentro de sus prioridades existe el hacer algo por su país, determinará el compromiso que se necesita para hacer un buen trabajo.
A partir de esto, viene la necesidad de formación política la cual le dará la preparación técnica y credibilidad para iniciar su gestión. En el tiempo que llevo dedicándole a este tema, me he dado cuenta de lo importante que es escuchar y prepararse, no solo opinar (en la política se tiende mucho a eso). Al escuchar se aprende, y esas lecciones y conocimiento que se adquieren, ayuda a la formación de criterio para después poder opinar.
En resumen, considero que es un momento muy importante para el desarrollo de Guatemala por dos factores; la apertura en los espacios públicos para la participación de jóvenes en la política, y los jóvenes con la vocación y talento para gobernar su país. La preparación y formación son elementos clave para que los factores mencionados le otorguen un mejor futuro a Guatemala, ya es responsabilidad de nosotros poderlo lograr.