«La paradoja andante» del escritor Eduardo Galeano


Eduardo_Villatoro

Por razones especiales no estoy en capacidad de escribir un comentario inédito y original, pero afortunadamente he recibido un correo de mi amigo el odontólogo Rogelio Castillo que contiene fragmentos de un libro que está por publicar o ya publicó el célebre escritor uruguayo Eduardo Galeano, y de ahí­ que, como ha circulado por el ciberespacio, me tomo la libertad de fusilarme parte de “La paradoja andante”, como se denomina la obra, que contiene datos que asombrarán a mis contados lectores.

Eduardo Villatoro

 


De aquí­ en adelante todo es producto de las investigaciones del admirado Eduardo Galeano: “John Locke, el filósofo de la libertad, era accionista de la Royal Africana Company, que compraba y vendí­a esclavos. El monumento más alto de Argentina se ha erigido en homenaje al general Roca, quien en el siglo XVI exterminó a los indios de Patagonia. La avenida más larga de Uruguay lleva el nombre del general Rivera, quien el siglo XIX exterminó a los últimos indios charrúas.

   “Dos de los padres fundadores de Estados Unidos se desvanecieron en la niebla de la historia oficial. Nadie recuerda a Robert Carter ni a Gouverner Morris. Carter fue el único prócer de la Independencia que liberó a sus esclavos. Morris, redactor de la Constitución, se opuso a la cláusula que estableció que un esclavo equivalí­a a las tres quintas partes de una persona.

   “La primera superproducción de Hollywood El Nacimiento de una nación, se estrenó en 1915, en la Casa Blanca. El presidente Woodrow Wilson la aplaudió de pie. í‰l era el autor de los textos de la pelí­cula, un himno racista de alabanza al Ku Klux Klan.

   “En nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad, la Revolución Francesa proclamó en 1793 la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Entonces, la militante revolucionaria Olympia de Gouges propuso la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. La guillotina le cortó la cabeza.

   “Desde el año 1234 y durante los siglos siguientes, la Iglesia Católica prohibió que las mujeres cantaran en los templos. Eran impuras sus voces, por aquel asunto de Eva y el pecado original. En el año 1783 el rey de España decretó que no eran deshonrosos los trabajos manuales, los llamados ‘oficios civiles’, que hasta ese entonces implicaban la pérdida de la hidalguí­a. Hasta el año 1986 fue legal el castigo a los niños en las escuelas de Inglaterra, con correas, varas y cachiporras.

   “En nombre la libertad, la libertad de comercio, Paraguay fue aniquilado en 1870. Al cabo de una guerra de cinco años, este paí­s, el único de las Américas, que no debí­a un centavo a nadie, inauguró su deuda externa. A sus ruinas humeantes llegó, desde Londres, el primer préstamo.  Fue destinado a pagar una enorme indemnización a Brasil, Argentina y Uruguay. El paí­s asesinado pagó a los paí­ses asesinos por el trabajo que se habí­an tomado asesinándolo.

   “Haití­ pagó, también, una enorme indemnización. Desde que en 1804 conquistó su independencia, la nueva nación  arrasada tuvo que pagar a Francia una fortuna durante un siglo y medio para expiar el pecado de su libertad.

   “En 1936 el Comité Olí­mpico Internacional no toleraba insolencias. En las Olimpiadas de ese año, organizadas por Hitler, la Selección de Fútbol de Perú derrotó a la selección de Austria, el paí­s natal del Fuhrer. El Comité Olí­mpico anuló el partido.

   “A Hitler no le faltaron amigos. La Rockfeller Foundation financió investigaciones raciales y racistas de la medicina nazi. La Coca Cola inventó la Fanta, en plena guerra, para el mercado alemán. La IBM hizo posible la identificación y clasificación de los judí­os.

   â€œEl libro de viajes de Marco Polo, aventura de la libertad, fue escrito en la cárcel de Génova. Don Quijote de la Mancha, otra aventura de la libertad, nació en la cárcel de Sevilla”