Así­ se debiera de llamar nuestra pisoteada más alta condecoración guatemalteca: LA ORDEN DEL ZOPILOTE, después de que fuera despreciada por Fidel (quien desde ningún punto de vista la merece) con el pretexto de su enfermedad. ¡Esas son puras babosadas!, porque si bien pudo recibir a Chávez y a la presidenta Bachelet, quien recién comentó que Fidel estaba relindo y sanote, Guatemala no merece ni la mierda de sus zapatos… Yo por mi parte desde hoy mismo descolgué de mi pared la pisoteada orden guatemalteca del quetzal (así­: sin mayúsculas). Ya no vale ni el papel en que está impresa y las medallas las colgaré alrededor de la tapadera del inodoro de mi casa. No la devuelvo porque no quiero lastimar la memoria y la buena voluntad del ex presidente Ramiro de León Carpio y el entonces Canciller Alejandro Maldonado Aguirre, quienes me la impusieron, porque creí­an en ella y en que yo la merecí­a.

¡Qué vergí¼enza! ¡Qué poca madre! Sí­ganse cagando en el paí­s, que para eso fueron elegidos…