La Asamblea General de Naciones Unidas está ya en marcha y los gobernantes de todos los países del mundo llegan a exponer en el curso de esa reunión anual que se realiza en Nueva York. El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, tendrá ahora su primera oportunidad de subir al podio para hablar en nombre de Guatemala. Hay que recordar que la mayoría de países son poco importantes en el concierto internacional y lo que digan sus gobernantes no tiene el menor impacto en la Asamblea, por lo que muchos hacen discursos que están redactados para tener impacto y peso en su propia opinión pública local.
En el caso de Guatemala, esta vez puede ocurrir algo distinto, puesto que el presidente Pérez Molina puede convertirse en el primer mandatario que de manera concreta proponga una nueva ruta para enfrentar el problema del narcotráfico por la vía de la despenalización o de nuevas estrategias que cambien fundamentalmente la tónica de lo que ha sido el combate al tráfico de estupefacientes en los últimos cincuenta años.
Obviamente un planteamiento así tiene que ir más allá de la idea en bruto que se formuló a principios de año y sin mayor elaboración y detalle. En este momento se impone, para que el asunto tenga relevancia y trascendencia, que sea un planteamiento mucho más formal, más profundo y desarrollado, de manera que la ONU pueda sumarse a la OEA en el análisis de nuevas alternativas y estrategias para combatir ese tráfico que manejan poderosos carteles a lo largo del mundo y que hunden a las naciones en violencia y corrupción.
No se puede afirmar que la Asamblea de Naciones Unidas va a entusiasmarse con un planteamiento de esa naturaleza, porque en el ritmo de la ONU hacen falta meses de cabildeo y de trabajo para que alguna idea vaya tomando forma y sea encomendada a alguna de las muchas comisiones que funcionan en la entidad. Pero con la oposición brutal de Estados Unidos hará falta un buen planteamiento para que muchos países que se consideran no alineados puedan sumarse a una corriente muy fuerte que proponga alternativas, nuevas rutas para lograr el objetivo de reducir el impacto del narcotráfico en la violencia y la corrupción de nuestras sociedades.
Porque el tema es que hay que combatir el consumo de estupefacientes como un tema de salud pública, así como se tiene que recomendar que no se abuse del alcohol, pero no se puede pasar por alto que el daño colateral no es para el consumidor de drogas, sino para las sociedades que se prostituyen bajo el poder de los narcos.
Minutero:
Son poquitas las cabezas
que manejan el trinquete;
es apenas un piquete
el que mueve tantas piezas