Las luces navideñas, los regalos, el aserrín de colores, el árbol navideño, todo es parte de una temporada que acarrea un incentivo en compras que provoca un crecimiento en las ventas; sin embargo, esto no significa que los precios tiendan a ser más baratos.
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Las ofertas en los mercados ya se han incrementado en una época en que la mayoría busca ahorrar, donde los sectores populares y exclusivos registran mayor cantidad de afluencia de personas, pero para lograr precios razonables existen muchos factores en contra para conseguirlos.
La demanda de los productos típicos de la temporada aumenta por parte de los guatemaltecos, quienes buscan desde las manzanas importadas en su mayoría de Washington y Canadá, las uvas de California, hasta los adornos, ropa, productos plásticos y materias primas.
«Son miles de productos los que importamos, desde los artículos básicos de primera necesidad hasta artículos de poco consumo» señala Jorge Briz, presidente de la Cámara de Comercio.
Según Briz lo que ha hecho empobrecer a todos los guatemaltecos es la devaluación artificial del tipo de cambio, que ha aumentado en un 14%%, lo que significa que van a comprar menos por la crisis que estamos viviendo y hoy tenemos mucho menor poder de compra que el año pasado en todos los productos de importación.
Muchas familias incluso es posible que no tengan la posibilidad de comprar algo especial para Nochebuena y los problemas aunados a un salario mínimo que no llena la calidad de vida de los costos de la canasta básica vital dificultan en gran medida el nivel de adquisición.
OFERTAS
Mientras que los comerciantes siempre se esfuerzan por colocar ofertas en el mercado, estas serán más caras porque el dólar cuesta más, «ellos no pueden estar perdiendo y los precios aumentarán por la devaluación del dólar en un 14%%, afirmó el representante de la Cámara de Comercio.
Los señalamientos en contra de las autoridades que, según Briz, siguen actuando con irresponsabilidad porque siguen manipulando el tipo de cambio, provocan que los costos de los productos se incrementen; además, de la intención de poner más impuestos que al final recaerán en todos los productos básicos, afirmó.
Uno de los factores que más inciden en el incremento de los precios importados para esta época navideña es una mayor demanda de los productos y esta demanda lo que produce es que la cantidad de importadores aproveche este momento para incrementar sus precios, aunque posteriormente todo lo que queda en los centros comerciales disminuye, inclusive existen días específicos donde se venden con descuentos del 50 y 75 %%, porque ha pasado el tiempo de una venta que se caracteriza por ser de carácter temporal.
Según Jorge Santos, analista económico del Centro Internacional para Investigaciones en Derechos Humanos (CIIDH), la ley de la oferta y la demanda no influye necesariamente, porque lo que pudiese existir es un fenómeno contrario, ya que en tanto la demanda es más alta, existe la tendencia en muchos de los productos a incrementar estos precios dado que la gente buscará la adquisición de determinados artículos.
De acuerdo con los economistas, la oferta y la demanda determina los precios de los productos, de tal manera que al aumentar la cantidad de cierto bien (producto) fabricado, el costo unitario disminuye; pero si se incrementa la demanda, el precio que están dispuestos a pagar los compradores (algunos) se incrementa, ante la perspectiva de no poder adquirir el producto por falta de oferta.
Sin embargo, cuanto mayor es el precio del producto, mayor es la cantidad de empresas dispuestas a fabricarlo y colocarlo en el mercado, con la expectativa de venderlo a un precio elevado, incrementando su beneficio, de modo que a medida que el precio aumenta la oferta lo hace igualmente.
DEMANDA
Ahora bien, pasada la temporada y ante el decrecimiento de la demanda del producto, también hay un decrecimiento del precio rompiendo con esta lógica de la ley de la oferta y la demanda, muy probablemente eso se dé por el factor de temporalidad que tiene la época navideña y ciertos productos consumidos.
Si hay una menor demanda, el precio será más elevado, en tanto intentará regular los costos que permiten ofertar este tipo de productos; sin embargo, esto está marcado particularmente por la temporalidad.
«La temporalidad es más allá que la propia ley de la oferta y la demanda» afirma Santos, quien cree que hay que referir con mucha fuerza que los efectos de la crisis económica no han concluido en el país y seguimos experimentando un proceso de caída en casi todos los rubros la actividad económica.
De acuerdo con el analista de CIIDH la temporada de productos navideños se ha atrasado en relación con años anteriores y probablemente no vamos a tener el mismo ritmo de ventas que se produjo el año pasado.
En cuanto a los ingresos también ha sido un tema negativo en las familias, porque no tienen el poder adquisitivo necesario para realizar las compras navideñas y según expertos lo que pasará es que priorizarán mejor su compra, ya sea en lugares mucho más baratos o dejarán de comprar ciertos productos.
PRIORIZAR COMPRAS
«Lo que identificamos son dos procesos: la priorización en lo que compran, entonces dejarán de comprar productos de carácter superfluo; si antes inundaba mi casa con foquitos, ahora no compraré más para ahorrarme energía eléctrica; y si anteriormente compraba arbolito cada año, ahora lo guardaré para el siguiente. También, muchos, buscarán intercambios de regalos para evitar darle regalos a todos los miembros de la familia» destacó Santos.
En otros casos, el 51%% de la población que vive en situación de pobreza tendrá una considerable reducción del consumo de estas familias en esta época, y muchos analistas piensan que todos los productos de adornos de casa es muy probable tengan una caída en sus ventas; ahora en los insumos para la cena, puede que no tenga el mismo ritmo de caída que todos los elementos que sirven para adornar una vivienda.
El factor del tema del impuesto, en el proceso que hoy vivimos de reforma tributaria que se está planteando, se resaltó que no es un elemento que debería de mermar el consumo de las familias guatemaltecas, porque los elementos que están planteados en la reforma tributaria son de otra índole, por lo tanto no deberían afectar en el consumo.
Cada familia tiene un presupuesto y va a comprar en la medida de lo que tiene para comprarlo, es así como el mercado permite que se venda lo que a la gente le satisface y este es el que excluye las cosas que no satisfacen por su calidad o están fuera del alcance de lo que las personas tienen para pagar.
Según el experto económico Carlos González de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), no existen precios tope, ni nadie que los esté vigilando, solamente está la Dirección de Atención y Asistencia al Consumidor (DIACO) para evitar abusos, fuera de eso no hay ningún impedimento para que cada comerciante pueda fijar los precios con libertad, aunque tomará en cuenta los precios del mercado, porque si esta arriba de ellos no va a vender
González afirma que los empresarios miran si hay una sobreoferta de producto y tienen que conformarse con un margen de ganancia más pequeño con tal de vender, «mejor me conformo con ganar Q10 por unidad, pero si vendo un millón gano más; mientras que, si quiero ganar 20 por cada producto solo venderé 100, por ejemplo».
La devaluación es un factor importante porque el que importó usó más quetzales para traer el producto; sin embargo, no precisamente aumentarían del todo de acuerdo con el experto de Asies, además del precio en sí del producto también influye: el flete, el seguro para cubrirse de cualquier eventualidad y que el producto no llegue a su destino, luego el acarreo desde la aduana y el empresario agrega sus costos propiamente.
LEY DE OFERTA Y DEMANDA
Los agricultores, en su cotidiano asistir a los mercados para vender sus productos, con el tiempo se fueron dando cuenta cómo los precios dependían de la cantidad de productos ofertados; ante la cantidad de compradores fueron adaptando sus producciones con ese fin.
Resulta que cuando un año (por la sequía, por las plagas, por la climatología, etcétera, era malo y había poca producción) los compradores estaban dispuestos a pagar más dinero ante la poca oferta que había y los precios subían mucho, los que no los podían pagar optaban por productos alternativos.
Al ver qué precios tan altos se pagaban por los pocos productos que se ofertaban y la gran demanda que había de ellos en el mercado, los agricultores sembraban muchos para el próximo año, y entonces había una enorme cosecha y una gran oferta, pero los compradores ya no querían comprar más y los agricultores bajaban los precios hasta precios mínimos para tratar de venderlos.
El otro año no sembraban tanto y la producción era normal porque los precios subían, aunque no tanto, pero estaban equilibrados; y así que a mucha oferta, precios a la baja, porque ya nadie quiere los productos.
Poca oferta, los precios suben porque hay quien quiere comprar al precio que sea, porque lo pueden pagar, y los que no lo pueden pagar optan por productos alternativos; a esa regulación de los mercados se le llama «la ley de la oferta y la demanda», aunque a veces es lenta en su punto de equilibrio.
COMPETENCIA
Los diferentes precios de los productos navideños varían de acuerdo al sector, por lo tanto en los centros comerciales se manejan precios arriba de los acordados por vendedores en los mercados populares y muchos podrán beneficiarse de esta competencia.
Las familias pueden decidir cuánto y dónde gastarán para esta fecha esperada, que para muchos es una de las fiestas que fortalecen el consumismo, mientras que para otros mejora los lazos familiares para compartir con los seres queridos.