LA OEA Y EL ANILLO NEGRO


Antes se le llamaba golpe de Estado cuando un Ejército tomaba el poder mediante el derrocamiento del presidente de la República, la eliminación del Congreso y colocar a las personas idóneas en la Corte Suprema, además se destituí­a a los miembros del Tribunal Supremo Electoral, al Fiscal General.

Guillermo Castañeda Lee, Ced. R-19 No. 997, Teculután, Zacapa

Ahora las cosas han cambiado pues cuando se destituye a un presidente, si es de cierta ideologí­a, se le llama golpe de Estado, aunque todas las instituciones queden intactas. Eso quiere decir que estamos entrando en una etapa donde los presidentes no pueden ser separados de sus cargos, ni por la fuerza ni en forma legal.

Aunque no estamos de acuerdo con esa forma de hacer las cosas, pues da lugar a que presidentes que violan la ley, que sean corruptos o que sean asesinos, no puedan ser removidos de sus cargos, es la moda y sus colegas tienen que defenderlo por solidaridad de clase, y que mejor mecanismo que la OEA, pues la ola les podrí­a llegar a ellos.

Unos grupos aseguran que Insulza y la OEA actuaron rápido y de manera eficiente condenando el Golpe de Estado en Honduras, mientras que para otros es intromisión en los asuntos internos de los estados. Todo esto trae a la memoria la famosa frase que usó México para defender su relación con Cuba, que ellos eran respetuosos de la libre determinación de los pueblos; ahora para México esa frase es cosa del pasado.

Para muchos ese grito desesperado de la OEA a menos de 24  horas del golpe es producto de su eficiencia, al igual que protestó cuando prácticamente se le nombró un jefe al alcalde electo de Caracas, por que perdió el candidato de Chávez, o cuando se cerraron 34 estaciones de radio y se envió una ley mordaza al Congreso.

Yo más creo que lo que tiene fascinado a los presidentes es el anillo de Chávez, pues en lugar de ser amarillo reluciente, es de puro oro negro y por tal del crédito de Petrocaribe, son capaces de cualquier cosa, hasta de besarle el anillo.

Como dijera un diputado de la Gana cuando le preguntaron si no tení­a vergí¼enza de aprobar la venta de bonos para reponer lo robado, la vergí¼enza pasa, pero el pisto queda.