La OEA no parece ser el foro adecuado


Oscar-Clemente-Marroquin

Si nos atenemos a la historia y a la forma en que la Organización de Estados Americanos ha actuado en momentos críticos cuando el interés de Estados Unidos ha estado en juego, tenemos que suponer que la Asamblea General que se realizará en Guatemala y que tendrá como tema principal la búsqueda de nuevas estrategias en el combate al narcotráfico no es el foro idóneo para ese tipo de debate porque ya Washington ha fijado su postura para seguir con la misma estrategia que se ha impuesto en las últimas cinco décadas.

Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt


Rara vez la OEA ha ido en contra de su principal soporte financiero que es precisamente Estados Unidos y ni siquiera cuando Argentina entró en guerra con la Gran Bretaña se hizo valer con firmeza el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, conocido como TIAR o Tratado de Río por haber sido suscrito en Río de Janeiro, puesto que Washington en ese momento simpatizaba con la actitud de Londres de cara a las Malvinas y en cuanto al uso de la fuerza.
 
 La forma en que la Organización de Estados Americanos abordó el trabajo que servirá de base para el debate sobre el tema de las drogas demostró que no existe claridad sobre lo que realmente se persigue y, mucho menos, sobre lo que realmente se puede lograr de esa Asamblea. El tema de la despenalización está fuera de discusión, por mucho que el reporte de la OEA plantee ideas respecto a lo que en ese campo podría hacerse con la mariguana, porque el Secretario de Estado, quien viene acompañado de expertos en el tema del narcotráfico, viene precisamente a objetar cualquier propuesta que pudiera ir en ese sentido. El mismo presidente Obama ha sido categórico en el rechazo y lo más lejos que ha llegado es a admitir un debate sobre la eficacia que ha tenido la política antinarcótica impuesta por Washington.
 
 La participación tan directa de Estados Unidos en el foro regional ha sido una enorme condicionante en cuanto a la eficacia que el mismo tiene en el manejo de las relaciones multilaterales. Se trata, posiblemente, de la organización regional menos alineada de todo el mundo porque en este caso de hecho, aunque no de derecho, hablamos de que un Estado tiene virtual derecho a veto como resultado de la importancia que su aporte tiene en el presupuesto de funcionamiento de la Organización de Estados Americanos.
 
 Muy escasas son las cuestiones en las que, a lo largo de casi setenta años, la voz y el interés de América Latina ha sido tomado seriamente en cuenta y en la mayoría de casos lo que ha habido es un extremo sometimiento a las decisiones de política exterior de Estados Unidos que, entre otras cosas, tampoco le pone mayor atención a la región porque sus intereses están en juego en otros lugares del planeta y apenas periféricamente tienen interés en las cuestiones de seguridad que les atañen. Precisamente en ese marco es que el tema de la droga les resulta siempre tan importante como para tener toda una dependencia en el Departamento de Estado para dar seguimiento a lo que cada uno de los países hace o deja de hacer en cumplimiento de las exigencias que ellos formulan en la guerra contra el narcotráfico.
 
 Personalmente creo que es momento de hacer una evaluación seria y objetiva de los logros y de los fracasos que se han tenido al operar en el marco de la guerra de Estados Unidos contra los distintos carteles de la droga. Es tiempo de medir el impacto que esa guerra ha tenido en el consumo y, sobre todo, en la pérdida de vidas humanas en los países productores o que son puente para el comercio de la droga. Y vistas las cifras, repensar la estrategia exigiendo al consumidor que ponga remedio a su problema interno.