¿En qué momento la nueva juventud guatemalteca empezó a dejar su marca en la historia? No lo sé. Podrá haber diferencia de opinión en cuanto al posible hecho que encendió la chispa de varios jóvenes de esta época en cuanto a tener una mejor actitud de servicio, en tener voluntad a dar su tiempo, energía, recursos, ideas, sonrisas, abrazos, sin esperar recibir nada a cambio directamente, más que las satisfacción de poder haber hecho algo que pudo haber cambiado positivamente la vida de alguien más y el “gracias” o el aplauso de alguien que notó la dedicación.
Las diferentes organizaciones han jugado un papel importante al existir como espacio de participación para que la nueva juventud ocupe su tiempo de ocio, para que puedan ser protagonistas, para que puedan compartir sueños, para poderse desarrollar como personas. Organizaciones que algunas funcionan con presupuesto y otras con voluntad, pero que ambas tienen algo bueno por el cual existen. Y hay organizaciones para todos los gustos, están las que activan en política cívica, las que activan en contra de pobreza extrema, las que activan contra la violencia, las que activan por el medio ambiente, las que activan por la educación, las que activan por la vida y grupos que surgen para prevenir accidentes de tránsito en fechas de alto turismo. En todas las mencionadas he visto jóvenes voluntarios aportando felizmente para que la actividad que sea, cumpla sus objetivos.
He visto cómo jóvenes, que no importando en cual tipo de organización hayan participado, se han sensibilizado en gran escala, tanto que en algún punto son más creyentes de un cambio a comparación de personas adultas que creen que Guatemala ya no puede cambiar, jóvenes que se han dado cuenta con sus propios ojos de la realidad guatemalteca. He conocido jóvenes que no les ha importado ser los protagonistas reconocidos públicamente, sino que jóvenes que con el hecho de haber participado en algo que hace incidencia ya los reconforta y los motiva para seguir siendo jóvenes de bien.
Ahora bien, existe algo donde la nueva juventud también debe llegar a participar y es en el tema político partidista, pero hasta que los partidos políticos no cambien su forma de ver al joven como el ideal para volantear o de poste jugando con la bandera o pegando calcomanías, entonces no valdrá la pena que un joven desperdicie su tiempo en la búsqueda del cambio generacional, el cual es necesario, pero los que están apoderados del terreno y poco conscientes del bien común no se preocuparan en lo más mínimo de ceder el terreno.
Ahora bien, no es solo de que la nueva juventud participe, sino que también es necesario la educación formal y la correcta formación, ya que de los mismos jóvenes de hoy tendrán que salir los futuros trabajadores del señor Gobierno, los futuros encargados de enseñar, los futuros formadores de familia, los futuros empresarios y mientras más experiencia, mientras más conscientes de la realidad, mientras más sensibles, mientras más ciudadanos sean mejores resultados darán. Y tal vez así el cambio generacional de buenos frutos.
Yo creo que mientras más jóvenes crean, conozcan y participen en actividades no importando en dónde, pero que sea para bien, Guatemala sí podrá cambiar. Y creería también que serán más los jóvenes los que me apoyen en esta forma de pensar.
En qué momento la nueva juventud empezó a dejar su marca en la historia? No lo sé, lo que sí sé, es que la nueva juventud ha despertado y dará buenas sorpresas para Guatemala y es un honor el poder compartir con varios jóvenes que la conforman.