La nueva doctrina para derribar gobiernos


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El reciente derrocamiento del gobierno legí­timo de Libia con el apoyo de las Naciones Unidas, ha puesto en evidencia la profunda descomposición de ese organismo que en vez de cumplir con su principal objetivo de mantener la paz en el mundo, lo que hizo en este caso fue alentar una invasión de mercenarios y la ejecución de crí­menes de guerra pisoteando los más elementales principios del Derecho Internacional.

Félix Loarca Guzmán

 


Hay que recordar que al amparo de la Resolución 1973 de la ONU y con el pretexto de proteger a la población civil, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), encabezada por Estados Unidos, se dedicó a bombardear numerosos lugares del territorio de ese paí­s del norte de ífrica, dejando una estela de muerte y destrucción.  Su propósito no fue proteger a los civiles, sino derribar al lí­der libio Muamar el Gadafi, con la perversa intención de apoderarse del petróleo y demás riquezas de esa Nación.

El periodista Juan Francisco Coloane de la Agencia Argentina de Prensa, Argenpress, escribió un artí­culo señalando que Rusia y China, paí­ses miembros del Consejo de Seguridad, tienen un alto grado de responsabilidad en no haber impedido la resolución antes citada, que permitió el apoyo a la fuerza multinacional de la OTAN para acudir en ayuda de los rebeldes libios y derrocar al gobierno de Gadafi.

Agrega que el 2011 será recordado por la creación de una nueva doctrina (unilateral) de la ONU para derribar regí­menes.  En ese marco hay que analizar lo que está ocurriendo en Siria, cuyo gobierno es objeto de una agresión mediática para propiciar su caí­da.  Coincidentemente este es otro paí­s petrolero.

Pero volviendo al caso de Libia, es importante puntualizar que el asesinato del lí­der de ese paí­s Muamar el Gadafi luego de ser capturado con vida, puso en evidencia que la ONU, ha fracasado en su misión de garantizar la adecuada convivencia internacional y el respeto al principio de libre autodeterminación de los pueblos.

En ese contexto, el experto venezolano en Relaciones Internacionales Sergio Rodrí­guez Gelfenstein, puntualizó en la revista electrónica Con Nuestra América que se edita en Costa Rica, que la Organización  de Naciones Unidas vive una contradicción que obliga a su reestructuración.

Señala que es imposible seguir teniendo un espacio democrático en la Asamblea General y uno autoritario en el Consejo de Seguridad dominado por los paí­ses más poderosos del mundo, lo que favorece un nuevo balance de poder, que excluye a la mayorí­a de naciones del planeta en la toma de decisiones, dejando estas en manos de un pequeño grupo de potencias, lo cual pone en grave peligro la paz y la estabilidad en los paí­ses del orbe.