“La maldad es la fuerza de los cobardes” Proverbio Árabe
Siempre se ha desvalorizado la época de la niñez, y se le ha robado la felicidad, por múltiples motivos, un imperativo es la falta de planificación familiar, en las familias con menos recursos, por varias razones:
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Falta de educación, excesivo machismo, creencia que los hombres se quedarán por un hijo con una mujer, un mensaje mal enviado, o mal recibido por la Iglesia, especialmente la católica, entre otros, pero probablemente el peor, es la visión que se tiene de los niños como mercancía, si, tristemente así son considerados, en un alto porcentaje.
Un motivo desgarrador, es considerar a los niños y niñas como mercadería, para ser vendida, o utilizada con los más aviesos motivos, por ejemplo, no podemos negar lar grandes redes de prostitución infantil que operan en el país, y nos avergonzaríamos más aún, al saber cuántos ombres (sin H) tienen como fetiche, el tener relaciones con niños/as, el dinero sabemos que compra cualquier cosa, y para desgracia de nuestra sufrida niñez, está en venta, existen padres o madres, que venden a sus hijos, sin importar sus lágrimas de dolor, al ser desvirgados por infames, de los que sin usted saberlo, puede conocer a más de uno, ya que los excesos sexuales son más comunes de lo que creemos.
En el mismo contexto existen mujeres que tienen hijos por docena, con el objetivo de venderlos, utilizando la figura de la adopción la que es noble, pero los mercaderes de niños la han degradado, a tal nivel, que siguen funcionando las redes de “adopciones”, sin que se sepa el futuro de los niños que son dados en adopción, porque no se le da seguimiento al proceso iniciado, nadie sabe que es de todos los niños que han sido adoptados, más aún en el extranjero, por lo que se ignora su futuro, lo ideal es que se encontraran, en condiciones mejores que acá, pero la incertidumbre sobre sus vidas persistirá.
Es sabido, que el país es un paraíso sexual, en relación a la prostitución infantil, no es novedad, sin embargo, todo niño que viene al mundo, tiene como mínimo derecho a ser feliz, las comodidades dan satisfacción, pero el amor da felicidad, sin embargo, ese tema está rezagado de la discusión de los grandes problemas nacionales, ¿Por qué los niños no votan? Y probablemente nunca llegarán a votar, porque se diluirán sus vidas en la ignominia de la vida que se les asignó.
Ser niño en Guatemala es muy complicado, ya que son los más vulnerables, al convertirse en objeto, no sujeto, su lágrimas y llantos no importan a los mercenarios, que compran esa etapa de la vida que debería ser prolifera de felicidad, unos pocos tienen la ventaja de conocerla, la mayoría no sabrán el significado de esa palabra.
¿Por qué no existen políticas reales en relación a la niñez? Y no me refiero solamente al nacido, también me refiero a la natalidad, ¿Por qué no se le permite a la mujer educarse y tomar la decisión de tener hijos o no, y cuantos tener? Debemos reconocer, que no todas tienen implícito el sentimiento maternal, porque de ser así no venderían a sus niños, además el tener o no hijos no hace más ni menos, a un hombre o una mujer.
El mayor fracaso de un país, no es ser competitivo o no, el mayor fracaso es que se pierda la niñez, porque los niños de ayer son los adultos y jóvenes de hoy, esa es la respuesta a nuestra falta de competitividad en todos los segmentos, a los que les interesa solamente ser competitivos, en un mundo en el que desde que se planta la semilla, se debe abonar la tierra, cuidar el retoño que nace, y su crecimiento, algo para lo que en Guatemala, desdichadamente no existen políticas verdaderas, se ofrece mucho, pero no se hace nada, al fin y al cabo ¿Qué nos brinda un niño/a? dinero, porque son una mercancía vendida al mejor postor, y para eso con que lleguen a determinada edad basta.