Obviamente todos quisieran que los comentarios fueran únicamente de aplauso y reconocimiento a la labor que desarrollan, pero es absolutamente necesario mantener una postura crítica que tiene la finalidad de evitar que se sigan cometiendo los mismos errores y justamente eso es lo que hay que decir ahora respecto a la indiferencia que mostró la Municipalidad de Guatemala con el problema de los colectores y que dio lugar a otro hundimiento a pocos kilómetros del Barrio San Antonio.
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En aquel momento el ingeniero Manuel Urrutia, ex presidente del Colegio de Ingenieros y responsable de la construcción de esa impresionante obra que quedó sepultada a muchos metros de profundidad, advirtió que la falta de mantenimiento en los pozos de visita era causante de lo ocurrido en el Barrio San Antonio. La Municipalidad rechazó la tesis y contrató a profesionales que dieran explicaciones que apuntaban a problemas geológicos que nada tenían que ver, según ellos, con los colectores. Por supuesto que tras esa cerrada posición, la Municipalidad restó importancia a nuevas denuncias como las que hacían en Ciudad Nueva que apuntaban a la repetición del colapso. Con los vecinos de Ciudad Nueva había una confrontación muy fuerte porque éstos criticaban al Alcalde por la instalación en ese sector residencial de un vertedero de ripio en el barranco, lo que significaba el constante tránsito de pesados camiones que descargaban en ese botadero. El alcalde Arzú no es receptivo a críticas de esa naturaleza y lejos de poner oídos a la advertencia que hacían los vecinos respecto a los ruidos y temblores que se escuchaban, muy similares a los que se dieron también previamente en el Barrio San Antonio, desestimó aún informes oficiales rendidos por Conred y por la Procuraduría de los Derechos Humanos. La Municipalidad negó cualquier tipo de responsabilidad en el hoyo que se abrió en la zona 6 y sobre esa base no podía aceptar, desde luego, que el mismo colector presentara un problema similar «aguas arriba» porque ello significaría reconocer la falta de mantenimiento que fue denunciada en su momento por expertos conocedores del tema de los drenajes y grandes colectores. Por supuesto que para la prensa es más fácil obviar estas situaciones, igual que no decir nada sobre la incapacidad para alertar a la población sobre el potencial efecto mortal de la tormenta Agatha, no obstante que en Estados Unidos desde el sábado en la mañana ya se advertía sobre esa situación. Los que pretenden siempre aplauso y adulación no están para recibir este tipo de críticas porque ellos están seguros y convencidos de que todo lo hacen bien, que son lo más cercano a la perfección y que sólo los que se mantienen con gana de jocotear no pueden asumir esa grandeza, esa maravilla de desempeño en la gestión pública. ¿Cuánto hace que usted no escucha a un funcionario público admitir que metieron la pata y que se equivocaron? Mientras más alto es el nivel del funcionario, más cercano sin duda a ese carácter de infalibilidad que hasta en el Pontífice resulta insoportable, no digamos entre nuestros políticos que se sienten superiores a cualquiera e intocables por la crítica. En cuanto los ingenieros vuelvan a decir que el hoyo es, como el de la zona 6, causado por los colectores, la Municipalidad volverá a encerrarse en su tesis de que es un problema geológico porque la zona es relleno. Habrá qué preguntar cómo hicieron el relleno para que todos los hoyos resulten tan perfectamente circulares, al punto de que parecen uno el calco del otro.