La NASA acumuló un historial tecnológico y científico sin igual en sus 50 años de existencia, con la conquista de la Luna, las misiones robóticas a Marte, el telescopio espacial Hubble que revolucionó la astronomía y los satélites que detectaron el cambio climático.
«Desde su creación, la NASA (que abrió sus puertas el 1 de octubre de 1958) realizó misiones espaciales y ejecutó en estos últimos 50 años programas espectaculares de vuelos espaciales humanos, robóticos y de investigación aeronáutica», indicó Steven Dick, historiador de la agencia.
Además de la conquista de la Luna con Apolo y seis misiones durante las cuales 12 estadounidenses pisaron suelo lunar (1969 a 1972), «la NASA lanzó un abanico de sondas robóticas» que visitaron todos los planetas del sistema solar, añadió.
«El impacto social de Apolo fue profundo al mostrar por primera vez imágenes de la Tierra vista desde la Luna, suspendida en el espacio, frágil y sin frontera nacional, que sacudieron para siempre la percepción del planeta por parte de la humanidad», evaluó este historiador.
Tras la conclusión del programa Apolo -que surgió en respuesta al desafío planteado por la Unión Soviética con el lanzamiento de Sputnik en 1957, el primer satélite artificial- estadounidenses y soviéticos vivieron su primer periodo de cooperación espacial.
Este periodo culminó en 1975 con el acoplamiento en órbita de las cápsulas Apolo y Soyuz, un acontecimiento precursor de la futura cooperación ruso-estadounidense para construir la Estación Espacial Internacional 25 años más tarde.
La siguiente gran era en la conquista espacial comenzó en abril de 1981 con el vuelo del transbordador Columbia, primer cohete espacial capaz de regresar aterrizando como un avión y ser reutilizable. El transbordador es además capaz de trasladar pesadas cargas en órbita.
Aunque los transbordadores resultaron mucho más costosos de explotar y también más riesgosos, como lo probaron los accidentes del Challenger (1986) y Columbia (2003), ostentan numerosos logros clave.
Además del ensamblaje de la Estación Espacial Internacional, el único puesto orbital que permite preparar los planeados futuros vuelos humanos espaciales de larga duración gracias a los experimentos realizados en micro-gravedad, los transbordadores permitieron poner en órbita numerosos satélites de observación terrestre e instrumentos de astrofísica.
El transbordador lanzó Hubble en 1990, el primer telescopio espacial, que revolucionó la astronomía, seguido por el Observatorio de Rayos X Chandra (1999) y Spitzer (2004).
«Juntos, los instrumentos de astrofísica y las naves de exploración espacial de la NASA permitieron -desde las sondas de los años 70 hasta los grandes telescopios de los años 90 y 2000- penetrar los secretos del universo desde el Big Bang», explicó Stephen Dick.
El satélite «Cosmic Background Explorer» o COBE (1989-1993) pudo demostrar la existencia en el universo de un campo uniforme de radiaciones cósmicas cuya hipótesis había sido planteada en 1964 y que confirma la teoría del Big Bang.
COBE también dio información sobre la formación de las galaxias y la materia oscura que forman más del 20% del universo.
Dos físicos, uno de los cuales trabaja para la NASA, John Mather, obtuvieron el premio Nobel de Física en 2006 por sus trabajos sobre COBE, que también permitieron evaluar la edad del universo en 13.700 millones de años.
La NASA también ha buscado vida extraterrestre explorando otros sistemas estelares de planetas similares a la Tierra.
Entre los 25 grandes hallazgos científicos de los últimos 25 años seleccionados en 2007 por un periódico estadounidense, nueve provienen del sector espacial y ocho directamente de la NASA, subrayó su director Michael Griffin.