La muerte de Kaczynski, un golpe tremendo para su gemelo


Una fotografí­a de Maria Kaczynski, fallecida primera dama de Polonia, se observa dentro de la manifestación que se realizó por la llegada de sus restos al Palacio de Varsovia. FOTO LA HORA: AFP JANEK SKARZYNSKI

La muerte del presidente Lech Kaczynski en una catástrofe aérea será particularmente traumática para su hermano gemelo Jaroslaw, debido a los fuertes lazos personales y polí­ticos que mantení­an.


Según especialistas entrevistados, la psicologí­a de los gemelos hace que la muerte de uno de ellos sea terriblemente traumática para el otro.

Y de hecho, Jaroslaw Kaczynski, jefe del partido conservador Derecho y Justicia y ex primer ministro, «no está como para pensar en polí­tica en estos momentos», según declaró Adam Bielan, portavoz de su partido y cercano colaborador suyo.

Según observadores, Jaroslaw Kaczynski podrí­a ser ser el candidato natural que reemplazará a su hermano como representante del partido en la próxima elección presidencia.

«Ha perdido a su hermano y a muchos amigos» en la catástrofe, explicó Bielan a la radio estatal Trojka.

«Paso mucho tiempo con él para que no permanezca solo», agregó el portavoz, explicando que la responsabilidad de los asuntos en curso del partido y de su reorganización tras la muerte de varios de sus dirigentes en el accidente, fue repartida entre varios miembros de Derecho y Justicia.

«La muerte de un gemelo para el que sigue vivo es un traumatismo enorme, un choque emocional mucho más fuerte que el que puede provocar la muerte de un hermano o hermana no gemelo», señaló a la AFP el profesor Witold Malinowski, especialista de la Academia de Medicina de Pomerania (noroeste).

«El gemelo la vive como una amputación». «No hay que olvidar que los gemelos fueron un solo ser en la fase embrionaria, antes de dividirse en dos seres separados», explicó.

Desde el deceso de su hermano, Jaroslaw Kaczynski muestra un rostro impasible, sin emoción, incluso después e identificar el cuerpo de su hermano el sábado en el lugar de la catástrofe, en Smolensk (Rusia).

El canciller Radoslaw Sikorski, que le anunció la terrible noticia, quedó impresionado por su sangre frí­a.

«Es normal que parezca tan impasible. En ese dúo, él fue siempre el hermano dominante, el más fuere. De manera que, incluso en el duelo, sigue mostrando que es el más fuerte, como si debiera ser fuerte por los dos», estima el profesor Malinowski.

La situación de Jaroslaw Kaczynski es tanto más dolorosa cuanto su madre, Jadwiga Kaczynska, de 84 años de edad, está hospitalizada desde hace un mes en estado grave, según los médicos.

De alguna manera, es el estado de su madre lo que le salvó la vida. Desde hace semanas, los dos hermanos se turnaban para acompañarla en el hospital, y Jaroslaw no pudo viajar para participar a la ceremonia del 70 aniversario de la matanza de Katyn, puesto que Lech iba a la misma.

«Una relación emotiva única los uní­a», recuerda el ex presidente polaco Lech Walesa, que los conocí­a muy bien y que los incluyó en su equipo, antes de distanciarse de ellos.

«Jaroslaw era el cerebro del dúo, y Lech hací­a lo que su hermano decidí­a», dijo Walesa.

Hasta el punto que, cuando ganó la elección presidencial en 2005, Lech Kaczynski exclamó dirigiéndose a su hermano: «Misión cumplida, jefe».

Los dos hermanos fueron inseparables en los estudios y en la militancia polí­tica. La única diferencia importante entre sus vidas es que Jaroslaw es soltero, mientras que Lech se casó y era padre de una hija y abuelo.

¿Cómo vivirá ahora Jaroslaw sin su hermano?

«No hay que ser pesimistas. No hay dolores insuperables. El puede, por ejemplo, proseguir la obra de su hermano de una u otra forma», explica el doctor Samuel Lepastier, psiquiatra y psicoanalista del Instituto Psicoanalí­tico de Parí­s.

PRIMERA DAMA Llegan sus restos


Polonia recibió hoy con honores militares los restos mortales de su primera dama, expuestos al público en Varsovia con los de su esposo, el presidente Lech Kaczynski, junto al que será enterrada el domingo en la catedral de Wawel en Cracovia (sur).

Los funerales de la pareja presidencial tendrán lugar en dos dí­as. El sábado en Varsovia está prevista una ceremonia nacional en memoria de las 96 ví­ctimas del accidente aéreo y el entierro de Lech Kaczynski y su esposa Maria tendrá lugar un dí­a después.

Dirigentes de numerosos paí­ses tienen previsto viajar a Polonia para participar en los funerales. Kaczynski y su esposa serán inhumados en la catedral de Wawel en Cracovia, donde están enterrados los reyes y presidentes de Polonia, informó la agencia de noticias PAP, citando a autoridades locales.

Un total de 96 personas, entre ellos el presidente polaco su esposa, murieron cuando el avión en que viajaban se estrelló el sábado cuando intentaba aterrizar en medio de una espesa niebla cerca de Smolensk (oeste de Rusia).

La delegación, formada por numerosas personalidades polacas y familiares de las ví­ctimas, se dirigí­a a la localidad rusa de Katyn para participar en las ceremonias de conmemoración de la matanza de 20.000 oficiales polacos por las tropas soviéticas hace 70 años.

Todaví­a no se determinaron las causas del accidente, pero los investigadores rusos descartaron que fuese debido a un incendio o una explosión.

«Los motores funcionaron hasta el momento en que chocaron con el suelo», afirmó el viceprimer ministro ruso Serguei Ivanov durante una reunión de la comisión gubernamental que investiga la catástrofe aérea.

La jefa del Comité Intergubernamental de Aviación ruso, Tatiana Anodina, anunció el descubrimiento el lunes de una tercera caja negra, que será analizada en Polonia.

El portavoz del gobierno polaco, Pawel Gras, alabó la actitud adoptada por Rusia a raí­z del accidente.

«La parte rusa coopera plenamente en todos los niveles posibles y ayuda a la parte polaca, tanto a las familias como a las administraciones polacas», afirmó.

Procedente de Moscú, el avión con el féretro de Maria Kaczynski aterrizó en Varsovia durante la mañana, dos dí­as después de la llegada del cuerpo del presidente.

Se organizó una sobria ceremonia de acogida. Cuatro soldados con la gorra cuadrada propia del ejército polaco rodearon al féretro cubierto de la bandera blanca y roja, colocado sobre una alfombra oriental en la pista del aeropuerto.

Una orquesta militar tocó el himno nacional, tras lo cual altos dignatarios de la Iglesia recitaron sus oraciones.

Tras un cielo cubierto, un tí­mido rayo de sol iluminó la bandera cuando la hija de Kaczynski, Marta, de 30 años, se arrodilló y apoyó las manos durante un largo rato sobre el ataúd de su madre.

El hermano gemelo del difunto presidente, Jaroslaw Kaczynski, repitió tras ella los mismos gestos, seguido de otros allegados.

El féretro fue llevado después en coche fúnebre al palacio presidencial a través de las grandes avenidas de la capital, a lo largo de las cuales esperaban miles de varsovianos. Algunos lanzaban flores a su paso, otros filmaban con sus teléfonos móviles.

«Esta tragedia nos ha marcado a todos enormemente y queremos rendir homenaje a Maria Kaczynski. Estaba en la sombra de su marido pero parecí­a muy cálida», afirma Agnieszka, que acudió a darle el último adiós con sus compañeros de trabajo.