La misma mica con diferente montera


Cuando uno recuerda lo ocurrido en Guatemala con los Bancos Metropolitano, Promotor, Empresarial, del Café y de Comercio, se da cuenta que guardando las escalas, lo mismo ocurre en todas partes del mundo porque ahora lo que está haciendo la Casa Blanca es exactamente lo que se hizo en nuestro paí­s al socializar las pérdidas haciendo que toda la población, y en este caso toda la economí­a mundial, se haga cargo del desmadre causado por los elegantes banqueros que tras embolsarse millones de dólares, simplemente le endosan las instituciones en problemas a los interventores para que con el pisto de todos paguen a los acreedores.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

No hay ninguna diferencia en el fondo, porque igual que aquí­, también en Estados Unidos se ha iniciado una «investigación» para determinar si hay delito en las quiebras de las instituciones financieras, como si no fuera más que evidente que ese tipo de trinquetes tienen que ser por fuerza delito porque se trata de la apropiación del dinero de los ahorrantes que pasa a ser patrimonio de los ejecutivos (allá los socios son los que compran acciones en la bolsa) de las entidades quebradas, quienes luego pueden continuar su vida como si tal cosa, gozando del dinero ajeno.

Hay, por supuesto, algunas diferencias, empezando por la magnitud del porrazo que en el caso del rescate financiero de Estados Unidos no afecta simplemente a los contribuyentes norteamericanos sino a todo el mundo. Cierto es que los que pagan impuestos en Estados Unidos serán los más directamente afectados porque de entrada tendrán que aportar la bicoca de setecientos mil millones de dólares para componer los desaguisados de los ejecutivos que manejaron las empresas de propiedad pública.

Además, si tomamos en cuenta antecedentes como los de Enron, es probable que los culpables del descalabro al final de cuentas tengan que responder ante la justicia, cosa que en Guatemala es impensable porque está demostrado que basta un corto perí­odo de tiempo jugando el papel de prófugos para que luego todo quede en el olvido y los millones que el Estado puso para cubrir los malos manejos pasen a ser pérdida socializada.

Por ello parece correcta la actitud de varios senadores que han puesto condiciones para apoyar el rescate financiero más grande de la historia, en el sentido de que no puede emitirse un cheque en blanco para que lo use la Casa Blanca como le da la gana. Tomando en cuenta los antecedentes de elevados niveles de compromiso entre el Ejecutivo y muchas de las empresas ahora en problemas, es natural que se pidan garantí­as y, sobre todo, que se exija la investigación del Departamento de Justicia para establecer la posibilidad de delito en las quiebras.

En el fondo, vemos que la ambición y la codicia no tienen fronteras y guardando las proporciones, la falta de regulación y control siempre termina provocando este tipo de escándalos porque en el fondo es el arca abierta y ya nos decí­an las abuelitas que en esas condiciones hasta el justo peca, no digamos los sinvergí¼enzas de cuello blanco que no por usar corbata son mejores que los asaltabancos. A ver si con este ejemplo el señor McCain sigue hablando de eliminar más regulaciones y controles para favorecer a las grandes empresas.