La célebre frase del titular la recuerdo cada vez que oigo o veo un anuncio mentiroso de tantos que hay por estos días, especialmente cuando se trata de comunicaciones de entidades del Estado o cuando provienen de aquellos funcionarios que creen que todos los chapines somos caídos del tapanco. El pasado 10 de octubre leí en Diario La Hora un reportaje sobre el tránsito capitalino, movido por la esperanza de que algún día podamos dejar de sufrir tantos obstáculos que impiden movilizarnos libremente por calles y avenidas de una ciudad cada vez más grande, poblada y congestionada. Pero no fue posible, las autoridades entrevistadas hablan mucho, pero muy poco saben de la materia o dicen tantas mentiras que botan por completo las esperanzas de mejorar, de utilizar estrategias, métodos y tantos procedimientos técnicos y científicos utilizados por países aún menos avanzados que el nuestro.
A manera de ejemplo cito el anuncio de televisión que dice: «la PMT está en todo» cuando la realidad es que «no está en nada», ¿dónde estaban la mañana del lunes 12 de octubre, los 700 agentes que dicen contar, cuando con un poquito de lógica bien pudieron aliviar al menos las atorazones que nos tocó vivir? y ¿dónde estaban durante el apagón del día anterior? Esto se repite día tras día, a tal punto que cuando avizoramos un congestionamiento lo primero que nos preguntamos es ¿dónde estará dando vía un agente de la PMT? Lo primero que debió haber hecho Su Muni hace ya once años de estar fracasando en su misión de ordenar el tránsito capitalino, es haber entrenado y capacitado bien a su gente y no que siguen sin saber ni jota de la materia y los 700 verdes pericos, ni Superman que fueran, van a poder controlar más de un millón de vehículos, muchos de ellos pésimamente manejados por cierto. Las infracciones que se emiten son insuficientes. A todos consta la inmensa cantidad de transgresiones que no son multadas; ¿cuando hablan de «educación vial» a qué se refieren cuando no la vemos por ninguna parte?; ¿quién multa al transporte colectivo y pesado que vive haciendo lo que le se le antoja todo el tiempo, estacionados o en movimiento?; ¿cuál es el horario de los agentes, cuando en las madrugadas es cuando más accidentes cometen los traileros en determinados puntos clave? y si lo anterior pareciera poco, ¿por qué la gran mayoría de agentes se comportan abusivos, prepotentes e intransigentes? De sobra sabemos los chapines que no somos fáciles de ordenar, mucho menos de obligarnos a cumplir con las leyes, pero con esas actitudes jamás van a cumplir sus objetivos. Por favor entiendan, la educación en tránsito es básica y fundamental y ¿no les parece que ya es tiempo que los funcionarios cumplan con sus deberes y dejen de estar diciendo mentiras que a nadie convencen?