“La mentalidad anti-capitalista”


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Uno de los libros más originales que he leído es obra del filósofo austriaco de la economía Ludwig von Mises. Se denomina “La mentalidad anti-capitalista”. En ese libro Mises afirma que la economía capitalista posibilitó el aumento de la población e incrementó la calidad promedio de vida hasta un grado sin precedente; pero hay gente que detesta el capitalismo, presuntamente porque antes de la revolución capitalista industrial los seres humanos eran felices y prósperos, y después de esta revolución, fueron infelices y miserables.

Luis Enrique Pérez


La mentalidad anti-capitalista surge por dos motivos psicológicos. El primero es la ambición frustrada. Aquel que tiende a sobreestimar sus méritos y cuya ambición se frustra, puede creer que la causa de esa frustración es, no a su propia ineptitud, sino el capitalismo. Por ejemplo, el escritor fracasado puede atribuir su fracaso a una sociedad capitalista que es incapaz de apreciar sus asombrosos méritos literarios. El segundo motivo psicológico es el resentimiento. Aquel que cree que otros tienen inmerecidamente el éxito que él debería tener, puede resentirse y acusar al capitalismo de no reconocer sus méritos. Por ejemplo, el gerente que cree ser un genio administrativo, merecedor del ascenso empresarial más codiciado,  puede resentirse y atribuirle al capitalismo la causa de que haya sido víctima del desprecio de sus méritos, si ese ascenso es otorgado a un gerente que él cree que es un miserable aprendiz de administrador.
   La ambición frustrada o el resentimiento (que a veces tienen una secreta hermandad con la envidia) tienden a surgir en una sociedad en la que el éxito es obra del mérito propio, y no, por ejemplo, de la pertenencia a una privilegiada casta social, o de la posesión de un arrogante título nobiliario. Empero, en la sociedad capitalista es manifiesta la diferencia entre aquello que un ser humano es y hace, y aquello que él cree que es y puede hacer. Esa diferencia puede ser humillante; y un recurso para mitigar esta humillación es culpar al capitalismo.
   La mentalidad anti-capitalista también surge por motivos no psicológicos. Un primer motivo es que el ser humano no es feliz sólo porque posee los bienes que produce la sociedad capitalista. Un segundo motivo es que no todos pueden disfrutar de esos bienes. El capitalismo, empero, solo puede contribuir a reducir la infelicidad humana, y posibilitar que, en el futuro, todos puedan disfrutar de los bienes que él produce. Un tercer motivo  es que el capitalismo distrae de la búsqueda de finalidades espirituales; pero si una finalidad del ser humano es mejorar su estado material de vida, el capitalismo contribuye a lograr esa finalidad. Un cuarto motivo es que el capitalismo es injusto porque en la Naturaleza hay abundancia, y por leyes naturales y divinas nadie debe apropiarse de lo que, por derecho, le corresponde a cada ser humano. Empero, el ser humano crea la riqueza que erróneamente es atribuida  a la Naturaleza.
   Post scriptum. El capitalismo contribuye a satisfacer las necesidades materiales que dificultan y hasta impiden disfrutar de la más sublime vida espiritual.