LA MEDITACIí“N, LA METRALLA Y EL DALíI LAMA


Como consecuencia de la lucha por alcanzar la supremací­a del comunismo ateo que, en el mundo, sostení­an la China contra la Unión Soviética, China invadió el Tí­bet y se anexó su territorio. Desde entonces la ocupación militar china ha tratado de subyugar a los tibetanos.

Dr. Carlos Pérez Avendaño

Los tibetanos, de religión budista, liderados por su jefe espiritual el Dalái Lama han encabezado una pací­fica pero enérgica lucha en pro de su libertad.

El poderí­o de la persecución militar china obligó a 100 mil tibetanos y al Dalái Lama, a huir y refugiarse en el norte de la vecina India, en las faldas del Himalaya y es desde allí­ de donde surgen desde 1959, sus protestas en pro de la libertad del Tí­bet. Es una lucha en que la espiritualidad budista se contrapone a la militarista fuerza bruta y es la meditación espiritual el medio por el que los monjes budistas se energizan para luchar.

La meditación, ese pensar muy muy profundo por medio del cual el hombre se aí­sla del mundo para sentirse unido a Dios, ha sido especialmente cultivado por congregaciones religiosas, y entre ellas en nuestra religión católica, las monjas carmelitas de clausura. Catorce monjas del Convento Carmelita en Montreal están siendo ahora estudiadas por medio de sofisticada tecnologí­a cientí­fica por el Dr. Mario Beauregard de la Universidad de Montreal, quien esculca la mente de las monjas durante esos sus momentos de meditación profundamente intensa durante la cual sienten perder su existencia terrenal para sentirse unidas a Dios.

Además, los monjes budistas también se han dedicado con impresionante empeño a la meditación. Y esa profundí­sima meditación budista ha sido y es admirada por todo el mundo. Ahora mismo está siendo reconocida por la ciencia positiva y está también siendo estudiada en los monjes tibetanos por el Dr. Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin, utilizando la moderní­sima supertecnologí­a de la Neurociencia, y ha descubierto, con asombro, cómo es que la concepción de una idea inmaterial, profundamente espiritual, llega a modificar el funcionamiento del cerebro y cómo es que ese persistente y profundí­simo pensar llega aun a modificar la configuración del cerebro. Como que la meditación no son babosadas de monjas.

¿Es la materia gris cerebral la que configura la idea, o es la inmaterial idea la que configura el cerebro?

Aquellos que hayan leí­do la Encí­clica de Juan Pablo II, Fides et Ratio (Fe y Razón) habrán encontrado en esa entrega de Su Santidad una apologí­a a la impresionante conciliación de la ciencia y la fe en la búsqueda de la verdad que ahora es confirmada por la moderna tecnologí­a.

Pensando nuevamente sobre la lucha entre la ateí­sta China y el espiritualista Tí­bet, se confirma esa trascendental diferencia que ha movido al mundo intelectual a ofrecerle su apoyo al Dalái Lama en su ansia de libertad. Es por ello que ahora para la celebración de las Olimpiadas en la capital china de Beijing, el Dalái Lama siente tener la oportunidad para dar a conocer al mundo la opresión que la materialista, ateí­sta y militarista China está ejerciendo sobre una sociedad que utiliza, para su lucha, las bellas armas de la inteligencia y de la meditación.

Es entonces que vienen a nuestra mente los bellos ejemplos del Mahatma Gandhi, Martin Luther King y, sobre todo, de Aquel otro, el Hijo del Carpintero, quienes, sin miedo, lucharon hasta la muerte sin disparar un solo tiro.