La manos de Villar no fueron suficientes para Paraguay


Justo Villar, arquero paraguayo. FOTO LA HORA: AP Eduardo Di BaiaPara ser campeón se necesita algo más que dos manos salvadoras.

 

Por Dí‰BORA REY
BUENOS AIRES / Agencia AP

Paraguay lo comprendió ante Uruguay en la final de la Copa América, cuando las mismas manos milagrosas de Justo Villar que lo habí­an depositado en una instancia decisiva después de 33 años no fueron suficientes contra el instinto goleador de Luis Suárez y Diego Forlán, autores del 3-0 que le dio el tí­tulo a los charrúas.

«La evaluación desde los números es buena. Llegar a la final ha sido muy bueno para nosotros», dijo el técnico de Paraguay, Gerardo Martino. «Futbolí­sticamente fuimos de mayor a menor y eso nos quitó chances en la final».

Su equipo empató cinco partidos y perdió el más importante. Marcó cinco goles y le convirtieron ocho. Terminó como mejor tercero en el Grupo B detrás de Brasil y Venezuela, a quienes tuvo contra las cuerdas en los choques de primera fase pero en ambos casos la victoria se le escurrió en los minutos finales.

Villar fue el héroe en la serie por penales ante los mismos rivales en cuartos de final y semifinales.

Paraguay adoleció en toda la competencia de un generador de juego que pudiera alimentar a sus artilleros Roque Santa Cruz, Lucas Barrios o Nelson Haedo Valdez. Néstor Ortigoza y Cristian Riveros, los de mejor pie en una lí­nea de cuatro volantes, pocas veces pudieron cumplir con la función.

Y su famosa defensa aguerrida mostró varios agujeros que Villar supo tapar con su gran desempeño, que le valió el premio al mejor arquero del torneo.

Para Martino el rendimiento en la Copa tuvo una dirección parecida al que fue su ciclo al frente de la Albirroja.

«Nos hemos deteriorado en estos cuatro años… En 2007 empezamos con un rendimiento muy alto y a partir de 2009 bajamos el nivel», sostuvo el Tata. Y agregó que «nos resultó muy difí­cil superar la ausencia» de Salvador Cabañas, quien a seis meses del último Mundial fue ví­ctima de un disparo en la cabeza por el que todaví­a se está recuperando. El delantero habí­a sido determinante en las eliminatorias.

«Hay seleccionados para los cuales determinadas ausencias son muy difí­ciles de llevar», agregó.

Aún con sus limitaciones, Paraguay jugó los cuartos de final del mundial 2010 y también la final de la Copa América, lo cual no lograba desde 1979. Tal vez su mérito estuvo en la fortaleza colectiva lograda tras cinco años de trabajo al mando de Martino, que junto al uruguayo Oscar Tabárez son los que llevan más tiempo en el cargo entre las selecciones de Sudamérica.

«Es algo muy lindo haber llegado a la final, obviamente que querí­amos ganarla», señaló el central paraguayo Paulo Da Silva. «Hicimos un digno trabajo, nos vamos bien ahora para la eliminatoria».

«El equipo sigue estando firme, sobrio, hay mucha gente joven que viene pidiendo pista».

Parecidos en su estilo, pero con un poderí­o ofensivo mayor, Uruguay lo superó fí­sica y futbolí­sticamente.

El futuro es un interrogante para Paraguay.

Martino no ha dado precisiones sobre su continuidad en el cargo, mientras crecen los rumores de que Argentina lo tiene en los planes para reemplazar a Sergio Batista.

«Sigo siendo el técnico de Paraguay», se limitó a decir Martino tras la derrota con Uruguay.

Martino sólo dijo que tras la competencia continental hará una revisión de su ciclo con las autoridades del fútbol guaraní­ y luego tomará una decisión.

Después de los logros alcanzados no hace falta aclarar que el «Tata» Martino tiene la última palabra.