El gran error del presidente Bush fue la guerra de Irak. Fue la peor decisión que pudo tomar en su carrera política. Su debacle fue la forma en que manipularon la información de inteligencia para llegar a tomar esa decisión de ataque. Al final lo aceptó públicamente, mas el daño era irreparable para el pueblo iraquí.
El pueblo norteamericano ha perdido muchas vidas, muchos soldados regresan a casa gravemente heridos, no sólo físicamente, más bien con una huella psicológica muy profunda, que afectará su futuro. Familias se han visto afectadas por estas circunstancias. Por el otro lado, no olvidemos al pueblo iraquí que está sufriendo los mismos efectos que el norteamericano, aun peor, debido a que es el frente de guerra, a la diferencia cultural y condiciones de vida dentro del país.
Saddam Hussein, después de la guerra del golfo, jugó con las Naciones Unidas aceptando y negándose al mismo tiempo a las inspecciones de armas de destrucción masiva, dejando a los inspectores en la frontera sin ninguna explicación.
La forma en que elementos del Ejército ejecutaron al presidente Saddam Hussein fue inapropiada. El mismo error fue cometido en los interrogatorios de los prisioneros de guerra. Así como con los detenidos en la prisión de Guantánamo.
Los eventos que marcaron el inicio de esta guerra contra el terrorismo fueron los ataques del 11 de septiembre, a las torres del World Trade Center, en New York, el ataque al Pentágono en el área metropolitana de Washington DC, y el avión que cayó en Pensilvania.
Los ataques terroristas en la estación del metro de Londres en julio de 2005, afectaron a Tony Blair de la misma manera que a George Bush pues Inglaterra era aleada de los Estados Unidos en esta guerra.
Es un hecho de que Al-Qaeda es un grupo terrorista que está activo, mas no podemos asegurar en un 100% que Osama Bin Laden esté vivo. Este grupo nos hace sentir que está presente y planeando otros ataques. Consecuencias: pánico, incertidumbre, inseguridad, ansiedad.
El norteamericano ha estado en muchas guerras. Pero nunca su territorio había sido atacado y en puntos tan estratégicos como los elegidos. Si analizamos la presión psicológica que el presidente Bush tuvo que soportar durante su primer mandato, al ser golpeada su nación de esta forma y tener que tomar decisiones rápidas sobre atacar y perseguir al Al-Qaeda en Afganistán saltando luego a Irak, sumiéndonos en una guerra contra el terrorismo.
Después de los ataques del 9/11 el departamento de «Home Land Security» empezó a tomar medidas para controlar y prevenir más ataques como éste, de una manera poco objetiva y coordinada. El FBI invirtió 160 millones de dólares en el desarrollo de programas de computación, los cuales un año más tarde declaró obsoletos. No olvidemos que la computación es una herramienta que nos da elementos para tomar decisiones y en este caso nunca substituirá el trabajo de inteligencia en las calles que es donde escucharíamos sobre algo que pudiese suceder.