La mala intención


Hemos estado conversando acerca de los diferentes desórdenes de personalidad; aún nos corresponderí­a abordar algunos más. Sin embargo, quise escribir este artí­culo sobre las personas mal intencionadas.

Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
crismodenesi@gmail.com

Existen actitudes de otras personas posiblemente con desórdenes psiquiátricos, o tal vez no, que nos hieren y hacen daño en nuestras relaciones de vida. Creo conveniente aclarar que una cosa es tener un problema psiquiátrico; pero muy diferente es tener actitud malvada y de mala intención.

En la vida nos toca que relacionarnos con todo tipo de gente; las hay de carácter ingenuo, las legalistas, las permisivas, las maliciosas y no sé qué más. La existencia no es fácil de vivirla, pero aún es más difí­cil cuando otras personas intervienen en ponernos obstáculos.

Lo peor del caso es que estos individuos se presentan como inofensivos, vulnerables, atentos, cordiales, amistosos e incapaces de hacer ningún daño; ni siquiera matar a una mosca.

De estas personas con falta de autoestima y de agallas para enfrentar cara a cara los problemas y con una gran carga de resentimiento social, es mejor pedir a la vida que nos aleje de ellas.

Actitudes tales como la difamación, la mentira, la búsqueda de la conmiseración, la falta de autenticidad, el servilismo y la necesidad del poder a través de roles de subordinados. Acarreando intrigas, ocasionando mal entendidos y buscando que las personas entren en pugna deliberada debido a comentarios y acciones sutiles de su parte.

Son extremos el hecho de que para poder hablar, muchas veces, con este tipo de gente se necesita de testigos para que no inventen ni difamen. Cualquier cosa dicha puede ser usada en contra de uno/a mismo.

Amenazan, coaccionan y ponen zancadillas para que nos tropecemos en la vida. Y luego se presentan como ofendidas ante su dignidad. Lo cual les provee de protectores y esto significa que un mayor número de personas son creyentes de ellas y se desagradan y enemistan con uno.

¿Cuando la gente dejará de jugar con la vida de otras personas? Y le importará las consecuencias que sus actos mal intencionados acarrean para convertir en pesadilla la existencia de los demás.

No es justo que las personas se amparen en sus historias de vida difí­ciles, en su precariedad, o en la consideración de que ellas merecen más de lo que han recibido en la vida. Y se tornen envidiosas y celosas por considerar que existen otros seres con mejor fortuna.

Por favor, recordemos que hay quienes no han tenido precisamente condiciones favorables en su historia de vida; sin embargo, para ellas/os no implica la necesidad de hacer daño.

Solicito que analicemos las situaciones de manera objetiva, sin caer en patrones paternalistas y que no permitamos que los aparentemente buenos mortifiquen a los demás. No se vale hacer daño en la vida y presentarse con carita de yo no fui.

Se los dejo a consideración y reflexión, la enfermedad psiquiátrica no tiene que ir ligada a la mala intención hacia el género humano, por el contrario, en la mayor parte de ocasiones se encuentra muy distante a ella. Siendo esta última una decisión personal de cada quien.