La mafia cobra fuerza en Rusia



Más de dos mil instalaciones industriales en Rusia están controladas por la mafia, indicó un alto responsable del ministerio ruso del Interior encargado de la lucha contra el crimen organizado en una entrevista publicada hoy por el cotidiano Izvestia.

«Más de dos mil instalaciones industriales están bajo el control de grupos criminales», según el vicedirector del departamento de lucha contra el crimen organizado en el ministerio del Interior, Alexandre Elin.

«Más o menos 20% (de esas instalaciones) son empresas muy importantes (…) en torno a las cuales se desarrollaron ciudades», agregó este responsable.

El fenómeno afecta sobre todo a Moscú, el Extremo-Oriente ruso y la región del Volga, según la fuente.

En total, 450 grupos criminales que cuentan con casi 12 mil personas actúan en Rusia «ejerciendo una influencia sobre la situación económica, social y criminal» del paí­s.

En los últimos diez o quince años, el crimen organizado ha evolucionado en Rusia, destacó Elin, indicando que algunos jefes mafiosos «invierten en la economí­a y aspiran al poder» y otros se «fusionan con organizaciones terroristas».

Pero el número de «jefes» de la mafia rusa -unas 200 personas encargadas de coordinar las actividades criminales, de distribuir las ganancias, de resolver los litigios y de ayudar a los detenidos- se mantiene estable en los últimos años.

En diciembre de 2005, el ministro ruso del Interior, Rachid Nurgaliev, reconoció públicamente que una parte importante de la economí­a del Extremo-Oriente ruso estaba dominada por el crimen organizado, evocando en particular «los sectores de la pesca, la industria forestal y las minas de oro».