El Hijo de El Santo, un ídolo en México, y otros 15 luchadores mexicanos – entre ellos un travesti, Cassandro – viajaron a Londres para dar a los británicos una primera demostración de este deporte que es sobre todo un espectáculo lleno de máscaras, brillo, violencia y magia.
Con su máscara plateada, el Hijo de El Santo – considerado un superhéroe en su país, como muchos de los otros luchadores que se presentan desde el viernes hasta el domingo en el Roundhouse, un gran teatro del norte de Londres – afirma que esta muestra será sobre todo «una gran fiesta».
«La lucha libre tiene mucho de fiesta, de magia. Es un arte armónico, bello», dijo el luchador, que heredó de su padre, el mítico El Santo, su nombre.
«Ver dos cuerpos que se entrelazan, que vuelan por el aire, que se entienden en la lucha, además del vestuario, el color, las máscaras, todo eso convierte la lucha en un arte, en un espectáculo lleno de magia», notó El Santo, en una entrevista realizada en un ring levantado en el teatro circular.
Contó que nunca se quita la máscara, salvo «en la intimidad de mi hogar», y recordó que su padre fue enterrado con su máscara.
La «máscara es muy importante para los luchadores», señaló, subrayando que si a uno de ellos les quitan la máscara, eso representa una gran humillación, que significa el fin de su carrera.
Las máscaras están enraizadas con las culturas precolombinas en México, explicó. Los aztecas y olmecas usaban máscaras de animales, de jaguar, águila, serpiente, cuando iban a la guerra, porque creían que así tendrían los poderes de esos animales en el combate.
Otro de los luchadores, Mystico, resaltó también que la lucha libre forma parte de la historia de México, «donde es casi una religión».
«Atrae a miles y miles de gente, es como el fútbol en otros países», agregó el enmascarado, tras participar en una demostración de lucha con los otros luchadores, que saltaron sobre las cuerdas, rodaron, volaron y cayeron estrepitosamente en el ring, haciendo temblar casi el teatro.
El Santo resaltó en la entrevista que «cada uno de los luchadores toma un nombre y asume una personalidad especial, de acuerdo con ese nombre».
Viste un traje de baño bordado con lentejuelas y botines blancos, se maquilla como una estrella y dice que es gay desde que nació: Cassandro se presenta como «la nueva generación de exóticos» en México, heredero del famoso luchador Gardenia Davies, que se perfumaba en el ring.
«Los exóticos en la lucha libre son muy especiales, somos únicos», afirma el travesti en una entrevista en Londres, antes de sus presentaciones en el teatro Roundhouse, norte de Londres, con otros 15 luchadores mexicanos, entre ellos los famosos Hijo de El Santo, Blue Devil y Magnum.