Vicente Vásquez
La llama del retorno, novela de Carlos René García Escobar, fue publicada en 1984, y recientemente se reedita. En su momento, fue escrita experimentalmente; seguía las técnicas utilizadas por escritores cuyo estilo consistía en romper con las reglas gramaticales.
Son notorias, en esta novela, las técnicas de jugar con los tiempos (no es una novela lineal sino circular) y la de dejarla en final abierto así como de escribirla por bloques todos interrelacionados hacia la libre interpretación del lector que descubre al final, el hilo conductor que toda novela que se precie de serlo debe tener.
La novela toca el tema de las migraciones, un hecho vigente en todo tiempo y lugar, debido a las inquietudes del hombre por conocer otros lares, impulsado por sus necesidades perentorias, reales o imaginarias y por el sueño de mejorar su condición al cambiar de escenario.
El tema de las migraciones, tanto durante la primera edición como en la actualidad, mantiene su vigencia debido a las condiciones socioeconómicas de nuestra Guatemala.
En La llama del retorno, el personaje, un chapín más en busca del sueño americano, pasa por todas las peripecias del típico emigrante. Y como la dinámica de la vida no se detiene ante nada, al cambiar de estaca nuestro antihéroe, se pone de manifiesto el choque cultural experimentado por un ciudadano del tercer mundo, ante las costumbres y vivencias del pueblo gringo.
No podía faltar la relación amorosa, con sus implicaciones eróticas, en este caso, entre un espalda mojada y una patoja gringa.
El libro es nuevo para las actuales generaciones y un reencuentro con la memoria y el gozo para los lectores que tuvieron la oportunidad de conocerlo en su primera edición. En todo caso, el mejor homenaje para la obra y su autor, es conocerlo a través de la lectura.