El doctor José Barnoya de amplio reconocimiento en el ámbito cultural del país con una trayectoria bastante larga ha sido uno de los personajes del desfile bufo de la Huelga de Dolores, que han estado presentes para que este magno evento se mantenga en su lucha de denuncia llevada a cabo por los estudiantes de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Entre su haber literario, ha publicado varios libros, entre los que se encuentra Los cien años del Insecto y recientemente La vida, el sueño y la muerte ambos publicados por Artemis Edinter.
En una entrevista que le realizamos nos dijo lo siguiente:
¿Por qué el título de su último libro La Vida, El Sueño y la muerte?
En mi caso particular esas tres palabras resumen la existencia:
Se nace, se sueña y se muere, aunque se puede morir, soñar y vivir o de repente soñar, morir y vivir.
Usted es autor de varios libros. ¿Cuándo publicó el primero?
Mi primer libro lo publiqué recién muerta mi madre en 1965. Es un poemario ?ya desaparecido por suerte? al que titulé: La íšltima Navidad y algo más, pues a ella se la llevó un cáncer alevoso que acalló su voz y sus besos, un 31 de diciembre de 1964.
A través del tiempo, ¿cómo ha visto la literatura en Guatemala? ¿Ha caminado o no ha trascendido?
La literatura en Guatemala si ha discurrido por buen camino desde hace siglos: Landívar, José Milla, Gómez Carrillo, Vela, Brañas, Rodríguez Cerna, Cardoza, Monterroso, Flores, Aguilera, Arango, Villatoro y otros tantos en los siglos XIX y XX, le han dado y colocado en primer nivel.
¿Cómo es José Barnoya el escritor?
Como escritor soy un hombre común y corriente al que le gusta dejar en el papel angustias, esperanzas, alegrías y frustraciones. Como bien dice el genial Jorge Luis Borges: «He sido feliz muchas veces. El hecho de ser un escritor aunque sea mediocre, es ya una felicidad. Y el hecho de ser también un poeta es también otra felicidad».
¿Qué nos puede decir de la Huelga de Dolores de la Universidad de San Carlos donde usted ha sido uno de los que han luchado porque se mantenga?
Como sancarlista eterno soy amante de la Huelga de Dolores y del nagual de los huelgueros: Nuestra Señora la Chabela. He estado con la huelga y los huelgueros en las buenas y en las malas desde hace 60 años.