La limpieza social



Para hoy está prevista la presentación de las nuevas autoridades del Ministerio de Gobernación y de la Policí­a Nacional Civil y es importante saber cuál es el criterio de los nuevos funcionarios sobre el tema de la limpieza social, puesto que de ello dependerá radicalmente su desempeño en los meses que quedan hasta enero del año entrante, cuando junto al Presidente tendrán que entregar sus cargos.

Si reconocen la existencia de un problema derivado de grupos que ejecutan la limpieza social, obviamente controlarlos será una de sus prioridades y la reestructuración y depuración de la Policí­a Nacional Civil tendrí­a que girar alrededor de ese peliagudo tema. Si, por el contrario, creen que Alston, la ONU y quienes hemos señalado la existencia de escuadrones de la muerte operando en las fuerzas de seguridad estamos hablando babosadas, deberemos dar por sentado que no habrá cambio y que la estrategia de lucha contra las distintas expresiones del crimen seguirá como hasta el dí­a de hoy, es decir, sin trabajar para combatir la impunidad sino utilizándola para proteger a los agentes que supuestamente combaten la delincuencia eliminando a los delincuentes.

Pensamos que por ello este asunto se convierte ahora en elemento crucial de la polí­tica nacional en materia de seguridad y por ello es vital conocer el criterio que al respecto tengan quienes llegan a desempeñar los cargos que por renuncia de los titulares han quedado vacantes. Por supuesto que siempre estará el recurso de la evasiva, de responder que tienen que asumir los cargos y evaluar la situación para fijar su postura al respecto, pero eso ya es en sí­ una respuesta que deberemos entender tajante, porque en las condiciones actuales no caben medias tintas ni evasivas. Siendo tan poco el tiempo que tendrán para hacer algo, se supone que quienes se ofrecieron para desempeñar las funciones (así­ lo dijo textualmente el Vicepresidente al afirmar que tení­an el nombre de cinco ciudadanos que se llegaron a ofrecer) están absolutamente preparados para sus nuevas responsabilidades.

No hay aquello de que fueron llamados de emergencia sino que se trata de gente que se ofreció y eso significa que se sienten preparados y con dominio del tema como para encarar el desafí­o. La afirmación que hizo el vicepresidente Stein es lapidaria para los nombrados hoy, puesto que los coloca en una posición en la que tienen menos margen para gozar de beneficio de la duda pues al autoproponerse dejaron claro que se sienten totalmente preparados para el desempeño del complejo cargo. Y por ello no cabe la evasiva respecto al tema crucial o, en todo caso, la misma serí­a una forma de negarse a asumir el compromiso de terminar con la limpieza social, puesto que no se puede combatir un mal cuya existencia ni siquiera se reconoce.