En este número, ofrecemos como reportaje central el análisis sobre el fenómeno de la lectura en Guatemala. Usualmente, cuando se enfoca este tema, se considera que nuestro país adolece del poco hábito para leer.
Algunos argumentan, como para dar excusas, que los libros son muy caros en Guatemala. Sin embargo, la excusa no debería ser suficiente para dejar al olvido la autoformación y la apreciación de nuevos conocimientos a través de los libros.
En un enfoque amplio, Guatemala necesita de que sus habitantes busquen la autoformación, pues el sistema educativo es muy deficiente y, por ello, mientras los gobiernos no mejoren esto, estamos obligados casi al estudio formal dirigido, con refuerzos en el autodidactismo.
Un pueblo que no lee, no conoce sus verdades, pues no lee su historia; tampoco es capaz de interpretar la realidad que vive y no es capaz de informarse sobre nuevas realidades. Según refieren las historias, hay libros que han provocado cambios sociales en países, porque abren la mente de los lectores.
Por eso mismo, en países como los latinoamericanos, que apenas salen de un siglo de represión de dictaduras, el truncamiento al hábito de lectura es otra más de las estrategias que utilizaron los gobiernos para mantener al pueblo sometido.
La falta del hábito de lectura en Guatemala aún continúa siendo consecuencia de los 36 años de conflicto armado interno, en donde los gobiernos no permitieron el desarrollo de las editoriales ni de los libros, ni siquiera de los escritores, que debieron permanecer sometidos sin escribir temas que provocaban conflicto, o que debieron irse al exilio.
Actualmente, hay un fuerte impulso al libro, pues más editoriales existen y se publican cada vez más libros. Pero esto ha sido más bien a un nivel empresarial; ahora, el papel del gobierno es propiciar mejores condiciones para la lectura, tanto en su fomento, así como para facilitar el aumento de las ediciones y tirajes de libros.
María del Rosario Molina fue profesora de traducción durante siete años en el Instituto de Traducción Elite, que avala la Universidad Galileo. Posteriormente fue catedrática de EPRI (Estudios Políticos y Relaciones Internacionales) en la Universidad Francisco Marroquín.
En ese centro académico dio, asimismo, clases de Seminario de Tesis, y, luego, de Comunicación escrita.
Ha publicado un libro de relatos llamado «Cuentos cortos y cuentos largos», premiado por «El ígora de Augusto César» de la Alianza Francesa de Guatemala, con edición agotada, y en 2005, uno de sus poemas, titulado Poesía de María del Rosario Molina, publicado por Magna Terra Editores.
El libro que ahora publica con el mismo nombre de su columna, que se lee desde 1993 en Prensa Libre, todos los miércoles, es una selección de quinientos artículos. También tiene imprimiendo una novela, con el nombre de Amapola, córtate la trenza, y otro libro de cuentos que bautizará como El señor de Malbolge y otros cuentos.