La justicia, un valor quimérico, y el maestro Gil Zu


GLADYS_MONTERROSO

“Hombre no le pidas a Dios que te dé una casa, pí­dele que te dé vida y trabajo”

Cantaautor Napoleón.

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

 


Hablar de justicia, en Guatemala, es una utopí­a que durante toda nuestra historia esperamos hacer una realidad, traigo a colación lo anterior, porque el viernes 9 de septiembre, mis alumnos del 10º. semestre de la Facultad de Derecho de la Usac presentaron el resultado de una investigación sobre trabajo desarrollado por la CICIG en Guatemala, y en la presentación del mismo quedó retratada esta institución, por varios factores, entre los que se encuentra el hecho que no lograron obtener información alguna, sobre el trabajo concreto realizado por la misma, ya que les fue negada; les dijeron que toda se encontraba en su página web, y punto. Como no encontraron en concreto lo que necesitaban, tuvieron que recurrir a documentarse por medio de las noticias de diversos medios de comunicación, que a diferencia de La Hora, no son precisamente dechados de elementos académicos, y la ley de creación de la comisión, por lo que por mucho esfuerzo que hicieron, no lograron presentar un trabajo con elementos de primera fuente, como hubiera sido lo deseable para ellos, por ello quedó evidenciado lo siguiente: 1) Que la Comisión es un ente del que los ciudadanos, desconocemos su quehacer real, 2) Que siendo un paí­s “soberano” somos un Estado casi fallido en todos los aspectos, especialmente y dolorosamente, además de la falta de salud, educación, vivienda e incontables carencias, adolecemos del valor máximo al que tiene derecho cualquier ser humano y es la Justicia. 3) En esta palabra se encuentran todos los aspectos anteriormente mencionados y la justicia como un satisfactor de nuestras necesidades, si no es así­ que lo nieguen todos y todas las que no la hemos encontrado en nuestro amado paí­s, lo expreso con conocimiento de causa, ya que uno de mis amados hermanos se adelantó en la llegada del final del camino de la vida, por una mano sanguinaria que se encuentra posiblemente en este momento matando a un ser humano más, y por mi propia experiencia, así­ que, en este momento escribo en nombre de todos y todas los que lloramos lágrimas de sangre diariamente por todas las carencias del paí­s, en este momento por la justicia “pronta y cumplida” un sueño realizable a muchos años luz.

Pero no descansaremos, (y somos muchos) hasta que sea una realidad, porque no son sueños, es una lucha diaria para hacerla un pilar de nuestro entorno diario, desde el espacio que la vida nos coloque.

A mis queridos alumnos les admiro su afán de lograr realizar un trabajo académico y con proyección social, pero su lucha aún empieza, y sé que lo seguirán haciendo, y que romperán las barreras de la falta de comunicación de este tipo de instituciones que no ha logrado a mi criterio ningún logro importante para beneficio del paí­s cumpliendo con el principal objetivo con el que fue creada, la lucha contra el crimen organizado, ya que las bases del mismo siguen impunes, habrán logrado condenas irrealizables de más de 600 años, pero, a los operadores del crimen organizado, lo demás es lo de siempre, uno entra a la cárcel, y 10 más se integran, porque el mismo se encuentra incrustado en demasiados estratos de la sociedad, e instituciones públicas y privadas.

En el mismo contexto relacionado a la justicia, pero como el valor de dar a cada quien lo suyo, me refiero a otro tema importante, quiero rendirle un pequeño homenaje al gran poeta Gil Zu, quien ha dejado a lo largo de su vida un legado histórico, en relación a diversos aspectos de la grandeza humana, especialmente las letras, que es la mejor forma de dejar huella, quien se encuentra delicado de salud, pero como es un roble, sigue creando joyas literarias, ¡ínimo maestro!

Paso a otro tema, relacionado a la polí­tica nacional, un agradecimiento a todos y todas las que confiaron en mí­, les comento que no logré llegar al Parlacen, pero la lucha no termina allí­, seguiré buscando las formas de servir a Guatemala, desde donde Dios decida, siempre persiguiendo la construcción y no la destrucción por medio del trabajo, ya que siempre he estado consciente que se deja de luchar el dí­a que se deja de vivir, y mientras tenga vida, y un espacio de trabajo lo realizaré.

Las elecciones ya pasaron, bastante atí­picas en muchos aspectos, pero son el reflejo del paí­s en que vivimos, así­ que otros 4 años más que esperamos sean más productivos que los anteriores, y que tomemos lo malo que haya sucedido para que no vuelva a suceder, aunque aún no se ha definido quién será el presidente, el reto es mayúsculo, ya que los muertos claman justicia desde sus tumbas, (los que tienen una tumba) los niños se siguen muriendo de hambre, y los que logran sobrevivir lo hacen en condiciones de extrema pobreza, las mujeres aunque fueron las que más votaron no tienen representatividad, los indí­genas tampoco, pero existe un logro a mi criterio importante, que el grueso de las mujeres sencillas dieron un gran paso, votaron, y los próximos años serán aún más agentes de cambio, así­ que MIENTRAS EXISTA EL HAMBRE (COMO METíFORA DEL HAMBRE DE JUSTICIA QUE TENEMOS) NO EXISTIRí JUSTICIA, HE ALLí EL GRAN RETO.