Hay noticias que alegran. Sí, contrario a ciertas notas que he leído en estos días en los diarios, me siento feliz, me identifico más con los mensajes posteados en Facebook. El hecho de llevar a juicio a Efraín Ríos Montt, disculpen que no le llame general, no acostumbro agregar títulos o cargos cuando me refiero a alguien y menos cuando estos, al menos para algunos, para mí no, le añaden cierto respeto a la persona, porque es algo que este señor no me merece.
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Es un precedente importante en la historia del país. Es un alivio, si es que esto existe cuando se sufre tanto, para quienes perdieron a sus seres queridos en las masacres que este señor ordenó.
Por eso, cuando leo argumentos que aluden a su alta edad para evitar un juicio, me molesto, y sí ya sé que lo que yo sienta no es importante; pero acá, al otro lado del mar, yo sigo siendo guatemalteca, sigo siendo amiga de personas que aún lloran a sus seres queridos y sigo queriendo justicia, palabra que creo muchos no comprenden.
Hablamos de justicia como muchos lo han dicho y no de venganza, palabra que con solo nombrarla incita a la violencia y de esto ya tenemos bastante en Guatemala. Hablo de esa necesidad de que quede claro que no se puede, aunque el tiempo ha transcurrido, acabar con la vida de seres humanos, la mayoría seguramente que fueron ajenos al conflicto armado.
Por eso, lejos de sentimentalismos que la ancianidad provoca en algunos, espero que este señor sea condenado y junto con él todos los responsables de la muerte de miles y miles de guatemaltecos; espero que la justicia, que en este caso sería condenarlo se dé, y con ello un ejemplo a todos los criminales que pululan en el país actualmente, como una alerta, como un llamado de atención: “El que la hace la paga”. Quizá me ilusiono mucho, tal vez abarco demasiado al pensar que esto puede ser una forma de cambiar la situación en la que Guatemala está sumida actualmente. No lo sé.
Lo único que sé, es que cuando uno ha perdido a un ser querido a causa de la violencia, como yo, aunque no tenga nada que ver con la guerra, la justicia se anhela.
Hay noticias que alegran. Que Efraín Ríos Montt tenga un juicio justo y que su condena lleve al sistema judicial de Guatemala a condenar a quien mata, a quien roba –otro delito que no le han imputado, robar los sueños, la felicidad–, es lo menos que merecen quienes aún lloran a sus muertos, es lo menos que espero para decir que hay de verdad noticias que alegran.