La justicia desafió hoy a la Iglesia Católica en Bélgica, confrontada desde hace dos meses a escándalos de pedofilia, al registrar la sede de la institución y el domicilio del ex primado tras nuevas acusaciones de abusos sexuales a menores por eclesiásticos.
Unos 30 investigadores y policías allanaron por la mañana el palacio de la archidiócesis de Malinas-Bruselas, al norte de la capital, sede de la Iglesia Católica en Bélgica.
Buscaban documentos o cualquier otra prueba que «apoyaran o no acusaciones que denuncian abusos a menores cometidos por determinadas personas de la Iglesia», explicó a la AFP un portavoz de la fiscalía de Bruselas, Jean-Marc Meilleur.
Se trata de un «dossier reciente», según Meilleur, que rechazó precisar quiénes son los demandantes y quiénes son señalados como presuntos culpables.
Paralelamente, el ex primado de Bélgica Godfried Danneels fue «convocado» por los investigadores al palacio episcopal y su domicilio también fue registrado, según su portavoz, quien precisó que se incautaron de un ordenador.
Los investigadores también se interesan por casos antiguos, al apoderarse el mismo jueves de unos 450 expedientes abiertos por una comisión independiente que trata las demandas por abusos sexuales contra eclesiásticos.
Según el diario De Standaard, el registro policial en la archidiócesis tuvo como uno de sus objetivos determinar si todos los casos de pedofilia denunciados ante los responsables católicos fueron transmitidos a esta comisión dirigida por un psiquiatra.
Los allanamientos se desarrollaron coincidiendo con una reunión de obispos belgas en presencia del representante del Vaticano, el nuncio apostólico.
Después de Irlanda, Alemania, Estados Unidos y Austria, entre otros países, la Iglesia católica belga se vio salpicada en abril por un escándalo de pedofilia que forzó la dimisión del obispo de Brujas (oeste) al reconocer haber abusado de un menor durante un largo periodo en los años 1980.
Tras la divulgación de este caso, seguida de la presentación de centenares de demandas ante la comisión independiente, el sucesor del cardenal Daneels, el arzobispo André-Joseph Léonard, prometió una tolerancia cero.
En mayo, los obispos belgas pidieron perdón a las víctimas de los sacerdotes pedófilos tanto por «la agresión» como por el «silencio» de los responsables eclesiásticos.
Según un sacerdote retirado, Dirk Deville, centenares de casos de abusos sexuales fueron denunciados en los años 90 en Bélgica, pero sólo una «fracción» de éstos fue examinads debidamente por la Iglesia católica, dirigida entre 1979 y 2009 por el cardenal Daneels.
El papa Benedicto XVI pidió este mes por primera vez de forma explícita «perdón» por los abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes.
En una misa oficiada en la plaza San Pedro del Vaticano, en presencia de unos 15.000 sacerdotes procedentes de un centenar de países, el Papa «prometió» que la Iglesia hará «todo cuanto sea posible» para que estos abusos «no vuelvan a producirse».