Sandino Asturias Valenzuela
Centro de Estudios Estratégicos para la Seguridad en Centroamérica (CEESC) y Centro de Estudios de Guatemala (CEG).
El viaje de Negroponte a Guatemala, El Salvador y Honduras, no es casual. Negroponte representa una de las tendencias más represivas de la administración estadounidense, con una historia vinculada a las últimas guerras de intervención desde Vietnam, el caso Irán-contras, durante la guerra contrarrevolucionaria en Nicaragua -país que no fue incluido en la visita-, hasta la ultima guerra de intervención en Irak. Negroponte es un eficiente peón de las doctrinas de seguridad nacional e intervención y un violador internacional de los derechos humanos.
Su presencia resalta la importancia que vuelve a darle Estados Unidos a la región en un periodo en el que el modelo neoliberal ha fracasado, la pobreza se ha instalado, pero especialmente porque cada día más gobiernos de izquierda llegan al poder mediante el voto popular, el símbolo sagrado de la democracia.
Aun así, Estados Unidos siente nuevamente amenazados su mare nostrum, sus intereses geoestratégicos y por eso recurre a un nuevo plan que fundamentalmente incluye el fortalecimiento de la intervención militar y policial en la región.
Este proceso no es más que la continuidad y la consolidación de la política intervencionista que establecieron los viajes de Donald Runsfield y George Bush, así como las constantes visitas del Jefe del Comando Sur a Guatemala.
Como antecedentes hay que recordar que a instancias de Estados Unidos, Centroamérica aprobó la creación de las Fuerzas militares de Reacción Rápida para combatir el narcotráfico y las maras. Estrategia que no se pudo implementar por la falta de acuerdos regionales.
Por otro lado, la reactivación de la 4ta. Flota en el Caribe nos recuerda la política de las Cañoneras, al acercar sus fuerzas militares para controlar espacios marítimos y aéreos, que se complementan con las de tierra que se encuentran en las Bases Militares en El Salvador, Honduras y Guatemala. Está claro que estas acciones se realizan con el beneplácito de sus «socios» oligarcas y militares que han sido sus aliados históricos. Esta es una de las acciones militares de mayor injerencia, que violenta la soberanía de nuestros pueblos, sin embargo, siembre hay los mercenarios serviles que los aplauden.
Plan Maya Jaguar y Nuevos Horizontes:
En Guatemala la presencia militar se ha desarrollado a través del Plan Maya Jaguar, que tiene presencia de al menos un centenar de efectivos (legales) en el combate al narcotráfico y nunca han informado de los resultados; y del Plan Nuevos Horizontes que son las Operaciones Sicológicas a través de Acción Cívica con la Guardia Nacional, que entrena a sus hombres realizando jornadas médicas o de construcción, esto coordinado con el Ejército. Ambos programas no tienen un beneficio nacional, sólo sirve para implementar la presencia militar estadounidense en Guatemala.
La Iniciativa Mérida para Centroamérica:
La Iniciativa Mérida es la acción complementaria a la intervención militar, donde se fortalecen la presencia regional de las otras agencias de seguridad estadounidenses, ya que las agencias Oficina Federal de Investigación (FBI), Agencia Antidrogas (DEA) y Oficina de Control de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), serán las que ejecutarán los proyectos de dicha iniciativa. Uno de los objetivos es mejorar la información para sus servicios de inteligencia y concentrarla en este proyecto.
Los Pilares y los montos que plantea la Iniciativa Mérida son:
* Terrorismo, Antinarcóticos y Seguridad Fronteriza
o Recolección de información e intercambio de huellas (FBI) 1,5 millones de dólares
o Unidades de información sensitiva de Centroamérica (DEA) 5 millones de dólares
o Centro de inteligencia para drogas (DEA) 1 millón dólares
o Equipo para inspección puertos, aeropuertos y fronteras. 2 millones de dólares
o Comité interamericano contra el terrorismo:
* Seguridad aeropuertos 750 mil dólares
* Aviación 750 mil dólares
* Documentación fraudulenta 200 mil dólares
o Programa de asistencia interdicción marítima de Costa Rica:1 millón 975 mil dólares
o Software y equipo de rastreo (ATF) 250 mil dólares
o Entrenamiento en interdicción de armas de fuego (ATF) ,750 mil dólares
o Asesor regional en armas de fuego (ATF) 1 millón de dólares
o Asistencia contra el tráfico de armas pequeñas y ligeras 1 millón 295 mil dólares
* Seguridad Pública y Empoderamiento de la Ley
o Consulta de coordinación técnica Estados Unidos diálogo SICA. 252 mil dólares
o Iniciativa transnacional Antipandillas. 5 millones de dólares.
o Programa centroamericano de prevención de pandillas. 5 millones de dólares.
o Academia de empoderamiento de la ley internacional y entrenamiento regional 2 millones de dólares.
o Vehículos, equipo y medios de comunicación para la modernización de la policía. 11 millones de dólares
* Construcción de la institucionalidad y Estado de Derecho
o Mejoramiento de sistema de justicia penal
* 1,5 millones para administración de juzgados
* 1,5 millones fortalecimiento de la capacidad del fiscal.
o Administración de prisiones, bloqueo de celulares y entrenamiento y equipo 3 millones 373 mil dólares
o Mejoramiento del sistema de justicia penal y policial. 1 millón de dólares
Existe una debilidad nacional ante estas acciones de intervención, la ausencia de políticas de seguridad y de agendas nacionales de riesgos y amenazas y que no hay instituciones fortalecidas, este es el campo propicio para la imposición de la agenda de seguridad de Estados Unidos. Los planes de incluir a la SAIA y a la Guardia Presidencial del Ejército como parte del Grupo Especial Antidrogas, refleja el tipo de fuerzas que se crearan militarizando la seguridad y debilitando aún más la institucionalidad civil encargada de este tema.
Las actuales autoridades cuestionadas por los niveles de inseguridad y violencia, por la estructura de impunidad, por los integrantes de su Gabinete de Seguridad, son la contraparte de estos planes que tienen todos los recursos y medios para imponerla e implementarla. Es importante tomar en cuenta una de las recomendación del Senado de Estados Unidos, que condicionan los fondos a que no se torture, ni viole los derechos humanos con estos fondos.
La conclusión es que ni la 4ta. Flota, ni la Iniciativa Mérida, ni la visita de Negroponte resolverán la problemática de seguridad en Guatemala, esto no les interesa, mas bien se institucionaliza la presencia estadounidense en la región, no están siendo tomados en cuenta los verdaderos problemas nacionales, es una agenda impuesta que favorecen que cada día Estados Unidos «se haga cargo» de los temas de seguridad y justicia.
No es esto lo que queremos, seguimos apostando a las instituciones nacionales y a la implementación de los Acuerdos de Paz como medio para cambiar la situación que vive el país. Somos un país que ha sufrido la intervención directa de Estados Unidos y sus lacayos nacionales, es hora de defender la soberanía y la dignidad nacional.