En la historia universal el Imperio Bizantino tiene una gran importancia por diversas razones, en lo religioso, por haber sido el Cristianismo Ortodoxo el gran bastión que siempre hizo frente a las invasiones turcas, hasta que en 1453 los turcos otomanos, dirigidos por Mahomet II, tomaron Bizancio, terminando así la Edad Media, y la famosa iglesia Santa Sofía fue convertida en mezquita.
Desde el siglo IX los evangelizadores bizantinos, Cirilo y Metodio llevaron el cristianismo por regiones checas.
En 1261 Miguel Paleólogo restableció el imperio griego en Constantinopla.
Luis IX de Francia intentó reconquistar Bizancio para crear un gran imperio, no logrando ese propósito.
En el siglo XIII la influencia de Bizancio se vuelve hacer sentir en las ciudades italianas: Florencia, Siena, Génova y Venecia. En España Castilla y Barcelona ingresaron a un comercio cada vez más internacional. Los turcos únicamente legaron aportes en la guerra, los musulmanes en cambio fueron brillantes en el arte.
En el comercio Bizancio mantuvo comunicación de Europa Occidental con el lejano Oriente. Tuvo épocas de decadencia y resurgía como consecuencia de su ubicación geográfica en el mar de Mármara y el estrecho de Los Dardanelos, muy cerca del ingreso al Mar Negro.
Bizancio o Constantinopla no es una ciudad muy joven, capital del Imperio Romano de Oriente, si la comparamos con algunas ciudades de Siria con milenios de conocer el comercio internacional.
Venecia ocupó durante muchos años la hegemonía comercial, en el camino de las Especies que pasaba por Alejandría.
Sicilia fue de mucha importancia para el comercio con Inglaterra. Otras vías del comercio iban desde Moscú al mar Báltico.
Europa es lo que actualmente representa debido al auge del comercio internacional, economía individualista surgida después del feudalismo en la baja Edad Media.
En el siglo XII Bizancio perdió su influencia por el mar Báltico y ciudades como Brujas orientaron su comercio por el río Rin.
En Bizancio surgieron bancos y de pronto el comercio creció de forma pujante. La Hansa teutónica, los monjes Templarios, los capitalistas en Florencia acumularon riquezas, compitiendo con reyes. La influencia de Bizancio por Grecia, Castilla y Aragón contribuyó en la formación de nuevas instituciones económico-sociales.
La prolongada permanencia musulmana y grupos de judíos comerciantes en España también contribuyeron a la formación de un mundo moderno.