La infalibilidad


Editorial_LH

Ahora que se está eligiendo al nuevo Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, el tema de la infalibilidad cobra enorme actualidad porque según el dogma, quien resulte electo no podrá equivocarse cuando hable de las cuestiones de fe. Aun para los más creyentes, el tema de que alguien pueda ser totalmente infalible es una cuestión difícil de asumir, pero peor es aún cuando esa característica se la quieren arrogar funcionarios públicos en sistemas tan mundanamente corruptos como ocurre con la política criolla.


Ayer, sin embargo, el comisionado para el diálogo y la conflictividad, Miguel Ángel Balcárcel, de manera categórica atribuyó poder de infalibilidad no sólo a la ministra de Educación sino a todo el gabinete del gobierno que preside Otto Pérez Molina. En tono más que arrogante, poco edificante para el diálogo, dijo que se establecerá una “mesa que sólo recibirá propuestas porque no hay marcha atrás en la reforma, ya que fue aprobada por el gabinete”. En otras palabras, para qué diablos van a recibir propuestas si las mismas están ya condenadas al cesto de la basura porque el infalible gabinete de gobierno ya tomó una decisión y no hay esperanza alguna de que se pueda revisar la disposición.
 
 Desde que asumió su cargo, la Ministra de Educación demostró que ella piensa que cuando habla del tema de su cartera goza de esa infalibilidad que la Iglesia Católica atribuye dogmáticamente al Sumo Pontífice. Cuando la han presionado, como ayer, dice que va a negociar y a dialogar, pero todo es pura finta, pura burla porque no tiene ningún ánimo de escuchar los planteamientos contrarios a su tesis y eso no contribuye a la realización de un buen y eficiente gobierno porque la imposición es propia de quienes no pueden recurrir a la razón para explicar sus argumentos.
 
 Se ha demostrado que ni siquiera formalmente el Ministerio cumplió con las formalidades para la implementación de una política que reforme la carrera del magisterio y que todo ha sido producto más de la decisión arbitraria de la titular de la cartera y de sus asesores que son los mismos que desde los años noventa han venido mangoneando el tema educativo del país con sello de autoritarismo.
 
 Pero cuando el mismo comisionado para el diálogo y la gobernabilidad dice que una mesa de diálogo servirá únicamente para darle paja a los inconformes porque recibirán las propuestas y hasta allí porque no hay marcha atrás, demuestran el desprecio que se tiene por la concertación y la búsqueda de acuerdos. Se adopta con los estudiantes y padres de familia el mismo tono que mantienen las empresas mineras cuando hablan de consultas populares, es decir, con el más olímpico desprecio.
 
Minutero:
Encerrados bajo llave
los 115 cardenales
enterados de los males
ahora esperan la clave