Un teléfono celular sin repertorio, puertas de los automóviles más amplias, recipientes de cocina que se cierran herméticamente con un solo dedo… Cada vez los más los industriales que buscan crear objetos de uso cotidiano adaptados a los mayores.
«Es un mercado que se va a desarrollar enormemente en los próximos años. Las empresas tienen mucho interés en comprenderlo si quiere seguir siendo competitivas», aseguró Thomas Bade, presidente de «Universal design e.V», un lobby alemán que quiere hacer avanzar en Europa ese concepto que nació en Estados Unidos y que es el último grito en Japón.
«No estamos hablando de productos destinados específicamente a las personas de edad o dependientes, como las sillas de ruedas o los aparatos paramédicos, sino de objetos para todos los días, concebidos para que puedan ser usados por todas las generaciones», explicó.
Inclusive el gobierno alemán ha visto en este sector un mercado de futuro y acaba de lanzar un plan nacional de acción para ayudar a los industriales a implantarse en ese sector «antes de que lo hagan otros en el extranjero».
«Con una sociedad que está envejeciendo, Alemania tiene un gran potencial (…) para convertirse en líder mundial de productos adaptados a todas las generaciones», estimó el miércoles la ministra alemana de la Familia, Ursula von der Leyen.
Claro que este sector es bastante amplio: junto a hornos microondas o escurridoras de ensalada con funcionamiento simplificado, el «Diseño universal» puede aplicarse también a la decoración de interiores con sistemas de cierre de puertas adaptados a sillas de ruedas o a enormes interruptores eléctricos.
«Quienes compran o construyen hoy en día su casa, a los 35 o 40 años de edad, no piensan bastante sus sus mayores. Las viviendas nuevas de hoy, deben dotarse de ascensores, amplias puertas y duchas adaptadas para preparar el futuro», aseguró Bade.
Para Gundolf Meyer Hentschel, director de un instituto de consejos a las empresas en materia de «marketing de seniors», el concepto de «diseño universal» empieza a hacer su recorrido entre los profesionales, incluida la construcción «donde se encuentran casas preciosas llave en mano adaptadas a las personas mayores, pero que también gustan a los jóvenes».
«En el ámbito tecnológico, los aparatos de audio o las máquinas de lavar ropa, son cada vez más sofisticados e inclusive complejos en los últimos años. Inclusive los jóvenes sólo usan el 20 al 30% de las funciones propuestas», destaca el consultor, cuyo despacho quiere convencer a las empresas de que «el cambio demográfico modifica las reglas de juego».
«Algunos industriales lo entendieron y vuelven con aparatos más simples, pero sin informar sobre esta característica pues los mayores no quieren que se dirijan a ellos haciendo hincapié en su edad», aclara.
La idea está creciendo en Alemania. En Japón, que cuenta con la mayor proporción de personas mayores de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el concepto ya está desarrollado.
«Allí, el público ya conoce el concepto. Las empresas japonesas son muy activas en ese sector», destaca Sandra Hirsch, especialista en diseño industrial en la Universidad Técnica de Múnich.