La Hora de Hablar


Iniciamos hoy una nueva sección de entrevistas sobre el acontecer nacional con la idea de hacer aportes al debate que debe enriquecernos en la aspiración de construir un paí­s distinto, en el que prevalezca la democracia, el estado de derecho, la honestidad y el bien común. Obviamente los polí­ticos ocuparán un espacio preferente en esa sección y periódicamente iremos trasladando su planteamiento sobre los temas más candentes del momento y su visión de futuro, con la idea de que estas entrevistas sean también un instrumento que ayude a la rendición de cuentas porque en las mismas quedarán plasmados muchos de los compromisos de quienes buscan un mandato.


La idea no es ofrecer un espacio de relaciones públicas, sino un intercambio respetuoso pero firme en el que se pueda conocer el pensamiento de los actores de la vida del paí­s. No pretendemos acosar ni destruir a nadie, pero tampoco hacer preguntas en bandeja para el lucimiento personal de los entrevistados. Creemos sinceramente que los guatemaltecos necesitamos, para no dilapidar el proceso de transición a la democracia que tanto nos ha tomado ya, conocer en profundidad lo que se proponen hacer quienes aspiran a dirigir los destinos del paí­s o al ejercicio de un cargo público.

El único antí­doto a esa práctica inmoral de otorgar cada cuatro años un cheque en blanco a los polí­ticos para que el electo haga lo que le da la gana, sin rendirle cuentas a nadie e ignorando las crí­ticas y cuestionamientos de la población, es un debate a fondo, serio y maduro mediante el cual conozcamos sus planes e intenciones. Además necesitamos, por supuesto, empaparnos de nuevas ideas para aspirar a una transformación edificante del paí­s. Es con esa intención que en esta etapa preelectoral, cuando ya se perfilan las figuras que han de aspirar al poder y cuando los ciudadanos necesitamos más información, que decidimos hacer el aporte. Nos ha preocupado mucho, desde hace mucho tiempo, la indiferencia de los ciudadanos frente a problemas estructurales profundos que tienen que ver con el descalabro institucional que se hace cada dí­a más grave. Muy pocos son los ciudadanos que entienden y asumen el alcance de esa falta de opciones por carencia de instituciones confiables. Entender que el Congreso es una instancia que puede ser el principal obstáculo para mejorar la institucionalidad no es fácil, puesto que hemos asumido que es el crisol de la representación polí­tica del pueblo.

Qué mejor que polí­ticos, dirigentes sociales, empresarios y analistas serios, sean quienes nos den su visión y al compartirla nos pongan en la senda de un debate más rico y productivo. Ese es el aporte que La Hora de Hablar quiere hacerle al paí­s.