La honradez de Suárez y su ejemplo siguen con vida


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La muerte del expresidente del gobierno español, Adolfo Suárez, fue una de las noticias de mayor impacto durante esta semana en España, sin embargo muchos creen que la honradez y conducta ejemplar del político español están más vivas que nunca, y le consideran un referente para la sociedad actual.

POR REDACCIÓN LA HORA
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«Se echa de menos hoy un hombre como Adolfo Suárez en política», dijo Josefina, de 64 años, quien esbozaba en la fila de entrada a la capilla ardiente del exjefe de gobierno una idea que se repite estos días en España.

La muerte del «padre» de la Transición española ha traído consigo una revisión de su legado y una comparación inevitable entre la clase política de hoy y la de antes.

En una España en la que la crisis económica ha arrasado con puestos de trabajo y derechos sociales, en la que los casos de corrupción política toman a diario las portadas de la prensa y en la que los partidos no logran siquiera consensos básicos, muchos echan la vista atrás, hacia el agitado periodo de la transición de la dictadura a la democracia, y sacan conclusiones.

«Ahora haría falta un señor como este. Honrado, serio, formal, no como los políticos de ahora. En el Congreso es lo mejor que hemos tenido. Haría falta otro parecido», decía María José, de 85 años, mientras esperaba a dar el último adiós a Suárez.

En el cortejo fúnebre que encabezó el féretro del expresidente por las calles de Madrid, miles de ciudadanos le despidieron y recordaron su legado, mientras otros lanzaban reproches a los políticos que lo acompañaban: «Aprended de Suárez», «Suárez más honrado que vosotros», gritaron.

El debate sobre la necesidad de regeneración democrática en el país, que se arrastra desde que el movimiento de los indignados irrumpió en la Puerta del Sol de Madrid en mayo de hace casi tres años, se aviva estos días con el análisis de la obra y el legado de Suárez.

Se lo recuerda como un hombre «de consenso», con «altura de miras», que «antepuso los intereses generales a los propios y a los de su partido».

Así lo definen las tertulias políticas televisivas. Así lo describen los españoles que desde el lunes y hasta esta mañana hicieron filas de más de tres kilómetros para honrarle en su capilla ardiente. Y así lo dicen incluso los propios políticos a los que los ciudadanos, en las encuestas, ven como motivo de preocupación en vez de como representantes capaces de solucionar sus problemas.

«Todos los sondeos de opinión recientes muestran una masiva añoranza ciudadana del estilo político de la transición, anhelo que no ha dejado de acentuarse a medida que el deterioro del conjunto de las instituciones surgidas entonces se ha hecho más visible», escribía esta semana el diario «El País» en su editorial.

La clase política española cuenta de hecho en esos sondeos con la valoración más crítica en la historia de la democracia española que Suárez impulsó en sus años de gobierno (1976-1981). La gestión de la crisis económica que han hecho y los desmanes de algunos han acabado con la credibilidad de la clase política y han conducido al desafecto de los españoles hacia sus instituciones.

«La España actual no es de ningún modo la que él soñó, ni siquiera la que llegó a poner en pie. Por eso, el recuerdo de su obra es hoy más vivo y más hiriente que nunca», señalaba «El Mundo».

«Políticos de la factura del hombre que nos acaba de dejar se echan de menos en la España de hoy», añadía el rotativo, que calificaba de «demoledor» para la clase dirigente actual el contraste entre los elogios a Suárez y la opinión que de ella tienen los ciudadanos.

Uno de los capítulos en la vida política de Suárez que más se han recordado estos días es el de su dimisión, en 1981, cuando su propio partido le había dado la espalda, el terrorismo azotaba ferozmente España y la situación económica del país era desastrosa.

«Me voy sin que nadie me lo haya pedido», aseguró entonces.

Su dimisión se atribuye entre otras cosas al ruido de sables que se escuchaba -confirmado en la intentona del 23-F- y que Suárez habría querido evitar que se convirtiera en golpe de Estado quitándose de en medio.

«Supo anteponer la idea de España a sus intereses particulares. Ahora es imposible ver a un político dimitir, pero él decidió hacerlo, se echó hacia un lado y tuvo muy claro que lo más importante era el país», decía Luis, un joven 20 años.

“HIZO MUHCO”

«Adolfo Suárez es el hombre más completo que he conocido. Justo lo que escasea hoy». A la edad de 100 años y con gran lucidez, Roque Montero quiso despedirse del primer presidente de la democracia española. De su amigo.

Con pasitos cortos, ayudado por sus hijos y su bastón, llegó hasta el féretro del expresidente, instalado en el Congreso de los Diputados. Y allí rezó un padrenuestro: su particular homenaje a un hombre «honrado» y «valiente». A un hombre «justo».

«Yo fui secretario de un pueblo de Ávila, cercano al sitio donde nació Suárez. Tuvimos una amistad recíproca», explica el anciano tras salir de la capilla ardiente del ex presidente.

Como Roque, miles de personas esperaron durante horas a las puertas del Parlamento español para dar su último adiós al presidente «del consenso», aquel que tras la muerte del dictador Francisco Franco, en 1975, logró encaminar a España en pocos años hacia la democracia y pilotar una transición considerada «ejemplar».

   «¿Por qué estoy aquí? Porque gracias a él soy una hija de la democracia», dice una joven, Marina, mientras espera en la larga fila que se extiende por una larga y céntrica avenida y que desemboca en la puerta principal del Congreso, abierta solo en ocasiones especiales.

El multitudinario homenaje a Suárez reunió a todas las fuerzas políticas del país y a los tres ex presidentes vivos del gobierno español, pero también a ciudadanos de todas las edades e ideologías, incluidos los que no le apoyaron en las urnas.

«No, no le voté a él, pero le tengo mucho respeto porque hizo mucho por este país», explicó Isabel, una mujer de mediana edad.

Durante la larga espera -en algunos casos más de cuatro horas- surgen debates en torno a la figura de Suárez y a la Transición española. El sentir es unánime: «Es el mejor político que hemos tenido», asegura un grupo de personas mayores.

«Yo me he puesto calzado cómodo para poder aguantar más de una hora de pie», explica una anciana de 85 años, señalando sus sandalias planas y antiguas de piel. «Quería despedirme de este hombre guapo. Cuando llegó pensamos, ¿qué hará este hombre tan guapo? Pues hizo mucho y muy bueno», apostilló.

«Suárez consiguió una cosa que hoy es muy difícil: que los políticos no se peleen, que luchen unidos por algo. Él consiguió el consenso en España», resalta un hombre.

Ante el Congreso de los Diputados, ramos y coronas de flores deambulan entre el fuerte dispositivo policial. En los balcones cercanos ondean algunas banderas de España con crespones negros. Los periodistas siguen, minuto a minuto, el homenaje, mientras los curiosos asoman entre las vallas de seguridad.

«¿Qué pasa aquí?», preguntó un joven de Londres a un policía antes de entrar en su hotel. Y dice, sorprendido, al escuchar la respuesta: «¿De verdad? ¿Toda esta gente está esperando para decir adiós a un ex presidente? No me imagino que en Inglaterra pasara algo así si muere un ex primer ministro».

«Es que Suárez no fue un presidente cualquiera. Es el mejor que hemos tenido, el que nos devolvió la democracia», contestó una mujer al joven turista.

NI RENCOR NI REVANCHA

Durante el funeral católico, el obispo de Ávila destacó el «prodigioso trabajo» del expresidente durante la Transición española.

«Inauguró un estilo de convivencia política afrontando las situaciones adversas, buscando tenazmente el pacto y el consenso, valorando las posiciones de sus adversarios, sin rencor ni revancha», dijo Jesús García Burillo.

«La gran aportación de Suárez fue la reconciliación del pueblo español, de las dos Españas que volvieron a encontrarse tras décadas de animadversión y odio», reseñó aludiendo a la ruptura que se produjo en el país tras la cruenta guerra civil (1936-1939)

El obispo hizo un repaso por la vida de Suárez, un hombre que ya cuando era joven «sabía escuchar», dijo. «También demostró una capacidad ilimitada para afrontar problemas y dificultades con serenidad. (…) Él trazó un camino que debería ser continuado», agregó.

El obispo trasladó durante la homilía un mensaje del papa Francisco, en el que expresó su «más sentido pésame» por la muerte de la una «figura destacada de la época reciente española».

Al finalizar la misa, el féretro fue trasladado a hombros por agentes de la Policía de Ávila hasta el claustro de la catedral, donde también descansan desde 1984 los restos de Claudio Sánchez Albornoz, presidente de la República española en el exilio tras la guerra civil (1936-1939)

Allí, Suárez fue enterrado en la intimidad por sus familiares y allegados. Sobre él, un epitafio destaca para siempre su labor: «La concordia fue posible».

REACCIONES

Zapatero
El socialista José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011) destacó el ejemplo, la valentía y el legado del primer presidente de la democracia del país. «Los grandes países saben honrar a sus grandes hombres. Esa es ahora nuestra tarea, nuestro deber con el presidente Suárez, para que su recuerdo nos reconforte y estimule», dijo en un comunicado, en el que instó a rendirle un «sincero, justo y unánime homenaje». «Lideró el cambio de una vieja y desgarrada nación a un país democrático y reconciliado consigo mismo», señaló.

Rey
El rey Juan Carlos de España expresó su «dolor» por la muerte del expresidente del gobierno Adolfo Suárez, «un amigo leal». «Adolfo Suárez fue un hombre de Estado que puso por delante de los intereses personales y de partido el de la nación española», manifestó el monarca en un mensaje institucional dirigido a los españoles por televisión. «Mi dolor es grande», dijo el rey Juan Carlos, que destacó la «lealtad» de Suárez a la Corona y su «defensa de la democracia, unidad y diversidad de España».

Aznar
El exjefe del Ejecutivo español José María Aznar expresó sus condolencias. «Le recordaremos siempre, le respetaremos y honraremos su memoria (…) Tendrá siempre un puesto de honor en la democracia española», dijo a las puertas de la clínica donde permaneció ingresado Suárez durante los últimos días. «Tengo historia y recuerdos de Adolfo Suárez, pero sobre todo prevalece un sentimiento de unión con su familia y de reconocimiento en la historia de España», señaló el que fuera presidente del gobierno de España entre 1996 y 2004.

REACCIONES

Nicaragua
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, expresó «consternación» por el fallecimiento del exjefe de gobierno español Adolfo Suárez, según una carta de condolencias enviada al rey Juan Carlos y divulgada hoy en Managua. «Con mucha consternación hemos conocido la gravedad y fallecimiento ayer del presidente de la transición española y exjefe de gobierno Adolfo Suárez», indicó la carta. Ortega pidió al rey Juan Carlos que transmita sus sentimientos de pesar a los familiares de Suárez, «así como el reconocimiento de todos por el trascendental rol que desempeñó en momentos tan complejos y tan importantes para la sociedad española».

UE
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, lamentó en un comunicado la muerte. «Sin ninguna duda, ha sido un ejemplo para toda la clase política europea. Supo, desde la tolerancia y ejerciendo su liderazgo, llevar a su país hacia la democracia y hacia Europa. Encarnó y representó el espíritu y los valores de la transición democrática española», dijo. Barroso calificó a Suárez como «un hombre de Estado»: «Sin él no se podría entender la historia reciente de este país», destacó.

Argentina
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, envió sus condolencias y expresó su «dolor y solidaridad» con España. «Le hago llegar a los españoles, a vuestro gobierno y a Su Majestad, el rey Juan Carlos, nuestras muestras de dolor y solidaridad ante el fallecimiento de quien fuera figura central de la España que transitó de la dictadura a la democracia», dijo Fernández. «Suárez -agregó la jefa de Estado en la misiva- fue la transición y más, fue quien entre la historia y el futuro dio inicio a la España moderna, la España democrática, la España, que en la noche más amarga de nuestras dictaduras supo acoger a nuestros perseguidos y avergonzar, con sus palabras y actos, a nuestros perseguidores».

RECONOCIMIENTO

El expresidente del gobierno español Adolfo Suárez es hijo adoptivo de Madrid. El pleno del ayuntamiento de la capital de España aprobó por unanimidad en una sesión extraordinaria la concesión del reconocimiento.

«Abrió una nueva página de la historia de España de la que hoy todos los españoles seguimos siendo protagonistas sin excepción», manifestó la alcaldesa, Ana Botella.

El nombramiento se suma a los reconocimientos a título póstumo que está recibiendo el hombre que pilotó la transición de la dictadura a la democracia y que fue enterrado el martes en Ávila, la capital de la provincia española en la que nació.

El rey Juan Carlos también le impuso el Collar de la Real Orden de Carlos III, la máxima condecoración civil

Por otro lado, el aeropuerto internacional de Madrid, hasta ahora llamado aeropuerto de Madrid-Barajas, lleva el nombre de Adolfo Suárez.

El Ministerio de Fomento de España, del que depende, lo rebautizó a petición del jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy.

El cambio de nombre se produjo mientras el primer presidente del gobierno de la democracia española recibía el homenaje institucional y ciudadano en la capilla ardiente que se instaló hasta mañana martes en el Congreso de los Diputados.

El nombre del aeródromo más importante de España es ahora «Aeropuerto Adolfo Suárez, Madrid-Barajas». El aeropuerto de Madrid ha pasado a llamarse como él en homenaje y reconocimiento a su labor por el país.

«El presidente Adolfo Suárez ha desempeñado un papel fundamental en la historia de España, señaló el departamento que dirige la ministra Ana Pastor, argumentando el cambio de nombre como una manera de «honrar su memoria».

Hizo «la contribución más decisiva, junto con su majestad el rey, a la transición española», añadió la propia ministra.