LA HEREDERA


La hermosa jovencita Glenda Rubio salió del colegio en el que estudiaba gracias a una beca; la acompañaba uno de sus condiscí­pulos, el que, en su auto, se ofreció llevarla a casa de ella.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

En cierta esquina de un barrio exclusivo, la chica le pidió a su compañero que la dejara por los alrededores, porque su residencia estaba cerca de allí­, y su chofer la esperaba para transportarla.

«Además de que mi piloto se molestarí­a, no quiero darle a mi servidumbre una mala impresión, ahora que papá y mamá andan de viaje por Europa», fue el pretexto que le dio al atento muchacho.

Este, contra su voluntad, se alejó lentamente; Glenda, en tanto, tomó un autobús que la dejarí­a cerca del barranco en donde viví­a, junto a sus padres pobres.

¿POR QUí‰ TE AVERGUENZAS DE LO QUE ERES?