La hambruna y la solidaridad


Las ganancias deshonestas son riquezas piramidales que debieran ser meticulosamente revisadas, para que no siga la explotación al gobierno y pueblo con subsidios al transporte público urbano y otros, en su vez debiera fiscalizarse su prepago y venta de boletos de pasaje en casetas bancarias, tiendas y hasta individualmente; que haya otra fuente de trabajo e ingresos honrados en la economí­a informal, que hasta los chicos candidatos a las pandillas podrí­an hacer con mejor ganancia personal y familiar, y que pare la muerte de pilotos de autobuses, pasajeros y mareros.

Santiago Villanueva Gudiel

Revisar también si es engaño o no a la ingenuidad chapina lo que se hace con el redondeo a «puro tubo» en facturas, así­ como las llamadas y sorteos con las que se enriquecen empresas transnacionales que más parecen de improbabilidad, que de probabilidades de suerte; y si sus ingresos guardan relación equitativa con los beneficios que ofertan o hacen más pobre al pobre, y más rico al rico. O ¿qué beneficios saca el gobierno?

En cuanto a la violencia y la seguridad, los jueces no debieran ser indiferentes al número de reincidencias en el crimen que se les denuncia comprobadamente, animando así­ a los delincuentes a seguir delinquiendo, sino ser un elemento agravante y aumentativo para el tiempo de su encarcelamiento y lograr así­ disuadirlos en la prosecución del crimen. Los señores jueces y magistrados son suficiente intelectuales para comprenderlo.

El gobierno central anuncia que habrá otra reforma tributaria para superar los faltantes presupuestarios. De seguro que los sectores ya productivos desearí­an que no fuese un gravamen más para los que ya cumplen con el pago de sus tributaciones, sino que se tratara de encontrar medios inteligentes y acuciosos para que los evasores que posiblemente son muchos cumplan (como decí­a uno que ya tení­a la lista de ellos); y gravar solamente productos suntuarios o los que causan daño a la salud que todos ya conocemos, para que sea incrementado el fondo de la prevención de la salud y gastos en hospitales que es a donde ellos finalmente llevan.

El Gobierno central, municipalidades y el pueblo en general, se beneficiarí­an si se cargase la tributación a los terrenos, predios y construcciones ociosas o baldí­as para que sean hechas productivas o vendidas a los faltos de viviendas y áreas para siembras, que suelen invadirse pero que tan luego legalmente se los desaloja sin buscarles legalmente otros espacios apropiados por desuso ocioso e improductivos al desarrollo.

Finalmente que al influir y peso doloroso de la hambruna, demos la bienvenida a TIEMPOS DE SOLIDARIDAD que es el lema del Gobierno actual, para que todos podamos sobrevivir a la crisis, cambio de nuestra indiferencia al bien hacer y seamos solidarios con los necesitados para esperar tiempos mejores.

No importa las criticas que se hagan que si el actual Gobierno cumplió o no a cabalidad sus primeros cien dí­as de gobierno de cuatro años, le quedan 1,360 dí­as para lograrlo con mejores posibilidades, siendo solidarios contra la hambruna que ya azota. Acaso ¿Lo habrí­an conseguido frente a las circunstancias actuales, quienes se les frustró sus aspiraciones presidenciales?