La guerra entre cárteles de México exporta la violencia


FOTO LA HORA: RONALDO SCHEMIDT

Un nutrido contingente de la Policí­a Federal de México viaja en una operación antinarcótica a gran escala en la Ciudad Juárez. Esa lucha se ha trasladado a Phoenix, Arizona.» title=»FOTO LA HORA: RONALDO SCHEMIDT

Un nutrido contingente de la Policí­a Federal de México viaja en una operación antinarcótica a gran escala en la Ciudad Juárez. Esa lucha se ha trasladado a Phoenix, Arizona.» style=»float: left;» width=»250″ height=»162″ /></p>
<p>Casas invadidas por hombres armados, violaciones, torturas y cuerpos asesinados brutalmente tirados en el desierto de Arizona muestran cómo la violencia de la guerra entre los carteles de la droga en México está cruzando la frontera a Estados Unidos.</p>
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Esta extensa región del desierto de Sonora en la que las tribus indí­genas no conocí­an de fronteras y viví­an en armoní­a, es conocida hoy en dí­a por ser uno de los epicentros del drama de la inmigración ilegal y el tráfico de droga.

En los últimos meses ha empeorado la violencia en la capital de Arizona, Phoenix – unos 200 km al norte de la frontera mexicana- donde las autoridades confrontan un alza alarmante de los crí­menes relacionados con la guerra sangrienta que protagonizan los carteles de la droga en México.

«Realmente esto se ha agravado como nunca antes lo habí­amos visto», afirmó el senador estatal de Arizona Jonathan Paton.

«La violencia en términos de secuestros, casas invadidas (por hombres armados) y asesinatos ha aumentado. Estamos frente a un desborde de la violencia que llega de México a Estados Unidos y será necesario tomar una serie de medidas», apuntó Paton.

El mes pasado se encontró tirado en el desierto el cuerpo de un hombre que habí­a sido torturado, baleado y luego envuelto en cinta adhesiva como una momia.

«Estamos viendo cada vez más este tipo de «declaraciones públicas» con cuerpos tirados como los que se ven en México», agregó Paton al describir mensajes que se dejan sobre cadáveres o amenazas escritas en zonas públicas.

En medio de esta ola de violencia que mezcla tráfico de seres humanos, de drogas, policí­as corruptos y carteles de narcotraficantes, los indocumentados se han convertido en el blanco más fácil.

Según el teniente de la policí­a estatal James Warriner, más de 1.000 casas son usadas por las redes de traficantes de inmigrantes indocumentados con el fin de chantajear a las familias mientras los mantienen como rehenes en condiciones de hacinamiento.

Las autoridades han llegado a encontrar hasta 40 personas en una sola habitación y constatar que la sala de al lado la usan para «tortura y violación», narró el senador local al contar que les piden a los inmigrantes hasta 2.000 dólares de más o de lo contrario los torturan.

«Es el mal en el estado más puro», agregó Paton para quien el fenómeno constituye «una forma de esclavitud moderna de proporciones terribles».

A raí­z del aumento de secuestros de inmigrantes sin papeles y las redadas contra las casas donde los retienen, la policí­a de Phoenix conformó un equipo especial para luchar contra ellos y encontraron que en algunos casos, los hombres del cartel de Sinaloa, el más activo en Arizona, han reforzado las puertas, amarrado a los ocupantes y luego los matan.

Los agresores suelen vestir trajes camuflados y chalecos antibalas parecidos a los que usan las células especiales de la policí­a estadounidense.

Las autoridades han notado también una sofisticación de las organizaciones del tráfico de droga a través de esta frontera porosa.

Los traficantes usaban incluso equipos de visión infrarojo para movilizarse en el desierto de noche. Finalmente atrapados cuando la carga habí­a sido repartida en cuatro camionetas en camino a Phoenix, la policí­a detuvo a 59 personas.

«Realizamos varias operaciones de gran amplitud en diciembre que pusieron en evidencia lo que tenemos que hacer para luchar contra los carteles y evitar el desborde de la violencia en estados Unidos, dijo Anne Hilby, portavoz del ministerio de Justicia de Arizona.

Luego de un mes de investigación, las autoridades anunciaron el desmantelamiento en diciembre de una red de tráfico de drogas e inmigrantes indocumentados relacionados con una violenta pandilla en la zona que arrojó la detención de 188 personas.

«Estamos viendo cada vez más este tipo de «declaraciones públicas» con cuerpos tirados como los que se ven en México»

Jonathan Paton,

senador estatal de Arizona

EE.UU. Comparten preocupación


El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, almirante MiKe Mullen, dijo ayer que comparte «la seria preocupación» que causa en México el crimen organizado y el narcotráfico y se pronunció por mejorar la cooperación militar bilateral.

«Comparto la seria preocupación que les causa el crimen organizado y el narcotráfico y aprecio sus vigorosos esfuerzos por mejorar la seguridad. Más que nada deseo que trabajemos conjuntamente para encontrar maneras de mejorar la cooperación militar» bilateral, dijo Mullen en México, según un comunicado de la embajada de Estados Unidos.

Mullen se reunió en México con el secretario de la Defensa, general Guillermo Galván, y con el secretario de Marina, Mariano Francisco Saynez, entre otras actividades realizadas en el más estricto hermetismo.

El jefe militar estadounidense llegó a México dos dí­as después de que el presidente Felipe Calderón dijera, en una entrevista con la AFP, que «el tráfico de drogas en Estados Unidos también obedece a un fenómeno de corrupción de autoridades americanas».

«Yo quiero saber cuántas autoridades americanas han sido llevadas a juicio por ese tema», subrayó Calderón y reclamó «un cambio de actitud del gobierno y la sociedad» estadounidenses.