La guerra de Estados Unidos, más larga que la de los soviéticos


Un camión de Estados Unidos recorre caminos de Afganistán. FOTO LA HORA: AFP MARTIN BUREAU

Tras nueve años y cincuenta dí­as de conflicto, la guerra de Estados Unidos en Afganistán es ya más larga que la invasión soviética de ese paí­s en los años 1980 y las tropas norteamericanas afrontan hoy el mismo espinoso desafí­o que las de la URSS entonces: tratar de encontrar una salida honorable.


El abrupto territorio afgano, en el que en muchos lugares siguen viéndose los restos de tanques soviéticos que datan de la guerra de 1979-1989, está ocupado hoy por cerca de 140 mil soldados norteamericanos y de la OTAN encargados de defender el gobierno de Kabul de la tenaz rebelión dirigida por los talibanes.

El anuncio hecho en la reciente cumbre de Lisboa del fin previsto de la misión de combate de la OTAN a fines de 2014 hace recordar que los soviéticos estuvieron enfrentados al mismo reto: organizar fuerzas afganas lo bastante sólidas para controlar por sí­ mismas el paí­s y permitir el retiro de las tropas ocupantes.

La situación actual no incita al optimismo.

En un informe sin concesiones publicado el sábado, el instituto de investigación International Crisis Group (ICG) estima que los occidentales están fracasando en Afganistán y cuestiona a las fuerzas afganas, «pobre resistencia a los talibanes».

«Sin apoyo exterior, el gobierno se derrumbarí­a, los talibanes controlarí­an la mayor parte del paí­s y los conflictos internos se agravarí­an, haciendo temer el retorno de la destructiva guerra civil de los años 1990», estima el ICG.

Después del retiro soviético, las facciones de los caudillos locales atacaron al gobierno comunista, para luego pelearse entre ellos.

La cruenta guerra civil cesó en 1996 con la toma del poder por los talibanes, apoyados al principio por muchos afganos, aliviados por el fin de los combates.

Dos décadas después, el ex presidente soviético Mijail Gorbachov, que ordenó el retiro de 1989, ha estimado que la victoria de los occidentales en Afganistán es «imposible».

Las fuerzas norteamericanas y de la OTAN pierden cada vez más soldados. Pero, en comparación, la ocupación soviético fue mucho más cruenta, con más de un millón de muertos en total.

«Los pueblos eran evacuados unos tras otros a raí­z de los bombardeos ciegos de los soviéticos».

Las fuerzas occidentales «seleccionan más sus objetivos», estima Nader Nadery, de la Comisión afgana de Derechos Humanos.

Otra diferencia es que los aliados afganos de los norteamericanos «no están unidos, son grupos diversos que buscan su propio interés», estima el analista afgano Mohamad Yunus Fakur.

Esa complejidad, que se agrega a la de las redes mafiosas mucho más desarrolladas y conectadas con el mundo exterior que hace 20 años, torna la tarea de los norteamericanos más complicada que la de los soviéticos en la época.

«Los rusos demostraban una mayor sofisticación polí­tica», señala Candace Rondeaux, analista del ICG, que estima que habrá más confusión a medida que se acerque 2014, porque «los norteamericanos no han captado todas las dimensiones de los diferentes actores que habrí­a que implicar en una solución del conflicto».