Botellas de whisky y ginebra, latas de cerveza y bandejas de comida, así como basura acumulada luego de la última fiesta tecno al pie de Gran Muralla china, provocan la reacción airada de Francisco García, un turista colombiano que sin embargo participó en la fiesta.
«Es realmente feo para el medio ambiente», comentó el colombiano, luego de participar toda la noche en una fiesta que reunió a varios cientos de extranjeros en una de las secciones de la muralla, en Badaling, a 60 km de Pekín.
Entre las piedras del monumento pueden verse clavos, plantados allí por los turistas que acampan en el lugar.
William Lindesay, un británico que desde hace 23 años se dedica a la preservación de la muralla, «considera inaceptable que se pueda acampar en un sitio del patrimonio mundial».
El caso es que «no hay ninguna prohibición explícita de dormir en la Gran Muralla», reconoce.
«Las personas hacen sus necesidades en cualquier parte. En los últimos meses, vi grupos que plantaban 10 y 15 carpas (sobre la muralla) y que abandonaban los restos de la cena y de desayuno en el lugar», se lamentó.
Las piedras también está cubiertas de grafitis con frases enteras en inglés o francés.
«En Badaling, hay que caminar varios kilómetros antes de encontrar una piedra intacta», lamentó Lindesay, que se «enamoró» de la muralla después de una aventura excepcional en 1987, en una época en que China estaba aún muy cerrada a los extranjeros.
Desde 1998, Lindesay llevó a los voluntarios de la asociación internacional Amigos de la Gran Muralla para recoger cientos de kilos de basuras y después mostró las fotos a la Oficina de Pekín de Administración del Patrimonio.
«Pero las basuras sólo era la cima del iceberg: la Gran Muralla, ícono de China, sufría de abandono».
El aflujo de 10 millones de turistas por año ha deteriorado sus alrededores con estacionamientos y tenderetes, además de las fábricas construidas a sus pies, cuando no ha servido de decorado para todo tipo de espectáculos: saltos en moto, desfiles de modas o rodaje de filmes.
Estos ultrajes se agregan a aquellos sufridos antes de los tiempos modernos, cuando fue cortada por caminos, por rutas e incluso líneas de ferrocarriles, o por el robo de sus piedras.
La Gran Muralla no es continua, pero el agregado de porciones construidas en un periodo que va del siglo III AC a las dinastía Ming ha hecho que tenga un total de 8.851 km a lo largo de 11 provincias chinas.
Actualmente «sólo 550 km están en buen estado, es decir que la muralla conservó su estructura y las torres de vigilancia están intactas», explicó Lindesay.
Se han tomado medidas para limitar los daños, y ciertas fábricas construidas al pie de la Muralla, o aparcamientos, fueron destruidos. En lo sucesivo, toda construcción está prohibida a partir de 500 metros.