Guatemala es un país muy especial. Recién emitida una nueva disposición de tránsito que se dirige a normar el uso de motocicletas como medio de transporte, la gran duda que surge en la población es sobre si la misma se hará cumplir. Y es que hay razones suficientes para dudar, porque hace cuatro años se emitió similar ordenanza para impedir taxativamente que las motocicletas fueran utilizadas por dos personas (no digamos por más de dos), pero los agentes de las Policías Municipales de Tránsito recibieron instrucciones de sus jefes, los Alcaldes de varios municipios, de hacerse babosos y no aplicar ninguna sanción.
Y la prohibición nunca llegó a surtir efecto, pese a su clara vigencia legal, porque las autoridades de tránsito decidieron que ellos no iban a implementar acciones para obligar a que fuera respetada la norma. Caso insólito el de un país en donde se emite una norma, mantiene su plena vigencia, y nadie la cumple porque a las autoridades competentes literalmente les valió gorro la disposición.
Y no era un simple capricho, sino la intención de prevenir ataques mortales perpetrados desde motos, vehículo favorito de los ladrones y sicarios precisamente por su enorme movilidad en el tránsito. La implementación de la medida pudo salvar muchísimas vidas, pero simplemente los Alcaldes como autoridad suprema de las PMT, decidieron que no la iban a implementar y allí quedó todo, como un gigantesco monumento al irrespeto a la ley que no sólo caracteriza a la población del país, sino evidentemente a las mismas autoridades que se pasan las normas legales por el arco del triunfo. Y ese caso llegó a ser patéticamente paradigmático, puesto que lo hicieron con la insolencia de quien no tiene la menor vergüenza de incumplir con las leyes.
Ahora se emite una nueva norma que tiene que ver con los motociclistas y aunque se pueda discutir su inteligencia y razón, lo cierto del caso es que se incorpora al Reglamento de Tránsito adoptado con toda la formalidad del caso para hacerlo obligatorio para todos los habitantes de la República, pero queda la duda de si las PMT tendrán la capacidad y el interés por cumplir las leyes porque el antecedente es demasiado reciente y poderoso como para hacerse ilusiones.
¿Cómo podemos pretender que los automovilistas sean respetuosos de las normas de tránsito si los agentes de las Policías de Tránsito son instruidos para ignorarlas como pasó con la prohibición para que dos personas viajen en moto? El ejemplo de abuso y prepotencia viene de los mismos Alcaldes que por sí y ante sí decidieron no aplicar la disposición y hasta allí llegó el asunto.
Minutero:
A ver si no resulta de balde
el control de los motoristas
pues aquí un pendejo de alcalde
decide no sancionar a faltistas