La fuerza que mueve al mundo


«Miedo, el miedo ataca al temeroso, al fuerte, al débil, al inocente, al corrupto. El miedo, el miedo es mi aliado» D. Maul.

Once años, diciembre a lo mejor de un año de los 70″s, inspirado por alcanzar lo imposible, deseoso por volar, invencible, nada imposible, la generosidad a flor de piel, empezaba el sueño, empezaba la transformación del individuo capaz de sentir, capaz de pensar.

Lic. Carlos Escobedo

Año 2009, el mundo sigue girando, todo más rápidamente sigue cambiando, el niño ha madurado, el niño está pensando, la realidad sobrepasa a la emoción, el cambio es posible con aplicación no solamente con deseo.

La fuerza que mueve al mundo proviene del propio individuo, sumando colectividad esa fuerza genera capacidades, las grandes naciones la construyen grandes hombres, pensamiento decidido, capacidad de cambio… el que no sufre no es capaz de sentir, no es capaz de generar cambios, el miedo genera cambios? supervivencia.

A lo largo de estos 43 años he aprendido que solamente la inocencia de atreverse pensar a creer en el cambio, en el futuro, la fuerza que mueve al mundo es la capacidad de pensar de actuar, dejar de lado la indiferencia ir mas allá.

Pero, ¿a que viene tanto filosofar? La respuesta profusa nos puede llevar a diferentes interpretaciones, la fuerza que mueve al mundo es la capacidad de sentir, de identificarse, la autenticidad de sufrir, de llorar, de amar, la necesidad del cambio, esa necesidad que jamás habrá que abandonar, esa en esencia es la inmensidad del hombre la reinvención constante, todo sistema es perfectible, todo es cambiante? ojos ávidos mirando la profundidad, ojos preguntando ¿y ahora que? La fuerza que mueve al mundo se encuentra en esencia en el hombre mismo, en la capacidad de sentir, en la capacidad del cambio, llámelo amor, llámelo sabidurí­a, llámelo como quiera.

Todo pasa, todo cambia, la perfección del hombre se alcanza desde la maduración de sus propios deseos, desde la construcción de su propia realidad, aprender a escucharse es esencial en la reconstrucción de sus propias realidades, el llamado a seguir los instintos apoyado en la necesidad de reevolucionar.

Hoy quiero escribir estas lí­neas pensando en los grandes cambios, los grandes proyectos, las grandes metas, a lo mejor pocos puedan entender que el cambio universal se construye en los cambios individuales, en cambios personales, la conjunción del sueño, el cambio si es posible, la fuerza que mueve al mundo es abandonarse a creer en uno mismo, a creer en el individuo, a creer en la universalidad del hombre.

No se debe esperar que la sociedad evolucione por si sola, en todo caso el protagonista de la historia es el hombre que se atreve a mover el mundo motivado por esa fuerza interna.