LA FIESTA DE LA SANTA CRUZ EN EL LAGO DE AMATITLíN


Del 25 de abril al 4 de mayo se lleva a cabo en la ciudad de Amatitlán la feria dedicada a la Santa Cruz, la cual consta de varias actividades culturales, deportivas, sociales y religiosas. Según datos recogidos en el pueblo, en años anteriores la feria se iniciaba el 25 de abril y concluí­a del 8 al 10 de mayo, pero el año anterior, 2008, duró una semana menos porque ahora no quieren mucha fiesta. De todas las actividades que se realizan con motivo de la feria, la que interesa, por ser una tradición popular vigente en la comunidad, es la procesión de la imagen del Niño de Amatitlán o de Belén. Dicha procesión tiene sus orí­genes en la romerí­a que se verificaba desde el siglo XVI en el pueblo de Pampichí­n, según datos proporcionados por el cronista don Antonio Fuentes y Guzmán; y de acuerdo con la opinión popular, la romerí­a se transformó en feria desde Pampichí­n.

Celso Lara

La actividad religiosa principal de la feria la constituye la veneración del Niño de Amatitlán o de Belén, que consiste en visitas a la imagen del patrón que se encuentra colocado frente al Altar Mayor de la iglesia parroquial de la ciudad.

La procesión se lleva a cabo el 3 de mayo, dí­a en que la iglesia Católica celebra el hallazgo de la Santa Cruz en Jerusalén. La imagen del patrón o Niño de Amatitlán no sale nunca del templo y para la procesión se utiliza otra imagen que se encuentra en el interior de la iglesia y que es conocida con el nombre popular de Zarquito (por tener los ojos verdes). En esta fecha llegan dos imágenes de Niños Visitantes y peregrinos. Según datos recabados, en los años 60 del siglo XX eran más los Niños peregrinos; pero actualmente llega uno de la aldea Tacatón y otro de la aldea Llano de las ínimas. Uno de estos Niños es colocado en un pequeño altar construido en la entrada principal del templo. El otro Niño Visitante es puesto en el anda vací­a que se deja en un altar hecho en la playa principal, ya que la imagen del zarquito es conducida en una lancha.

La procesión sale del templo aproximadamente a las 9:00 horas, después de una misa; recorre el pueblo en hombros de los devotos; a su paso riegan pino; se elaboran alfombras de flores y se queman numerosos cohetes y otros fuegos pirotécnicos. Al llegar a la playa principal, en donde se encuentra un pequeño muelle, el sacerdote y los miembros de la comisión colocan la imagen en una lancha especialmente adornada. Se inicia así­ la procesión en el lago. La lancha principal en donde va el «Niño de Amatitlán» es precedida por numerosas lanchas adornadas en las cuales van los músicos de la banda y los romeristas. La procesión toma la margen oriental del lago y lo atraviesa, dirigiéndose luego al sitio denominado Silla del Niño, que tiene la forma de un altar monumental de piedra, el cual se encuentra en el lugar llamado Paso de los órganos (una creencia popular dice que allí­ apareció el Niño). En el momento en el que la procesión pasa por las orillas del lago, los dueños de los chalets tiran pétalos de flores y queman cohetes. La imagen permanece en la Silla del Niño hasta las 18:00 horas de ese mismo dí­a. A esa hora regresa la procesión acuática por la margen occidental del lago, hasta llegar a la playa principal; allí­ es colocada de nuevo en el anda procesional y regresada en hombros hasta el pueblo.

Preparativos de la procesión

Existe una comisión que se encarga de realizar los preparativos y de llevar a cabo la procesión y está constituida por los miembros de la Hermandad que tiene a su cargo los festejos de la Virgen del Rosario y de la Semana Santa. Según datos proporcionados por el Presidente de la Hermandad, en la actualidad ésta consta de un número que oscila entre 75 y 80 miembros. En la preparación y en el desfile procesional colabora con el comité el sacerdote de la parroquia.

Los preparativos se inician un mes antes del 3 de mayo, dí­a de la Santa Cruz, que se identifica con el gremio de los alarifes y albañiles. Los de Amatitlán tuvieron prestigio como «muy buenos en su oficio». Desde la semana anterior al 3 se inicia el novenario y el arreglo del altar en donde se encuentra la imagen del Niño de Amatitlán o de Belén; el dí­a domingo se inicia la cola de los devotos quienes se acercan a la iglesia para venerar la imagen. Este altar tiene generalmente como adorno el sí­mbolo de la Cruz, arreglado de diversas maneras: con recortes de papel, flores naturales, etc. En este sitio acompañan al Niño dos imágenes, estilo barroco, estofadas, de magní­fica calidad y belleza, de la Virgen Marí­a como la de San José.

En la entrada principal del templo se construye para esta ocasión un pequeño altar en el cual se coloca a uno de los Niños visitantes peregrinos y se le adorna con elementos vegetales, como hojas de pacaya, flores, etcétera.

Además de los dos altares descritos se hace otro en la playa principal, en el que se deja a uno de los Niños Visitantes. Este altar se encuentra debajo de una capilla improvisada para el efecto elaborada de madera adornada con recortes y flecos de papel de china y elementos vegetales: hojas de pacaya, pino y flores, entre otras.

El anda en la cual se coloca la imagen del Niño «el Zarquito», es adornada con flores de papel por los miembros de la Hermandad el dí­a 2 de mayo, los gustos del adorno son financiados con fondos de dicha agrupación. La lancha en la que se conduce al Niño en su trayecto por el lago, también es decorada por las mismas personas. Las otras lanchas que participan en la procesión son adornadas por sus propietarios. Dicha ornamentación consiste en colocar en el techo de las mismas, botes de metal con flores naturales; del techo penden recortes de tela plástica de colores y en pocos casos de papel de china.

Dentro de la lancha principal, en la cual va la imagen del Niño, se hace un pequeño altar de madera revestida con tela plástica de varios colores. Al pie del altar se colocan flores naturales.

La feria

Se entiende por feria a un mercado mayor en el cual se venden diversos artí­culos. Generalmente se encuentra ubicado en una plaza pública. La feria de Amatitlán se halla distribuida en diversos sitios de la ciudad, pero la principal concentración de ventas se encuentra en la plaza central, frente a la iglesia. Otro grupo considerable de champas ha sido construido frente a la playa principal del lago y en las calles adyacentes al parque Las Ninfas. Muchas de estas champas permanecen allí­ durante todo el año debido a la considerable cantidad de turistas, tanto nacionales como extranjeros, que visitan constantemente el lago.

En esta feria abundan también ventas de comidas populares como las mojarras fritas, las tostadas (tortillas) con frijol, gallina con salsa de tomate, arroz, por mencionar algunas. Estas ventas de comida tienen mesas y sillas para que los compradores coman allí­. Son los denominados comedores populares.

Además de los comedores hay numerosas ventas o champas de dulces elaborados por la población conocidos como dulces de Amatitlán. Entre estos dulces cabe mencionar el mazapán, la pepitoria o pepita, los dulces de coco, el matagusano, la chancaca, el dulce de zapote, el camote, los bocadillos de coco (blanco, amarillo y negro), los dulces de colación (de azúcar con figuras de animales y plantas). En el poblado de Amatitlán una cantidad considerable de mujeres se dedica a la elaboración de dichos dulces y a su venta; en los dí­as de fiesta se incrementa su actividad. A pesar de esto, según informaciones recabadas, no todas las dulceras actuales saben su oficio y conocen las recetas tradicionales. Se dedican a esta tarea únicamente por hacer negocio. Las dulceras de mayor edad se consideran como las mejores y menosprecian el trabajo de las jóvenes a menos que sean sus hijas o nietas.

En la feria de Amatitlán también se venden dulces de otras regiones del paí­s, como los dulces de La Antigua Guatemala (frutas cristalizadas), dulces de colación del oriente del paí­s (Chiquimula), rosarios de tusas, entre otros.

Tanto los dulces de Amatitlán como los de La Antigua Guatemala se venden en las tradicionales cajetas elaboradas en Totonicapán. También encontramos numerosas ventas de artes y artesaní­as populares de diversos departamentos de Guatemala tales como: sombreros de oriente, juguetes y muebles de madera y cerámica de Totonicapán así­ como cerámica de La Antigua Guatemala.

La presente publicación se basó en distintas fuentes especí­ficas sobre el tema. Asimismo, en varios autores, en especial en el estudio La fiesta de la Santa Cruz en el municipio de Amatitlán de Ofelia Columba Déleon Meléndez (Guatemala: CEFOL, Boletí­n La Tradición Popular No. 28, 1980). Las citas hemerográficas y bibliográficas se deben exclusivamente a la autora de tan excelente ensayo, las cuales fueron tomadas para enriquecer este artí­culo divulgativo.

Nueva Guatemala de la Asunción,

3 0 de abril de 2009.