“¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a Marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano?” José Saramago
Un día, en el que muchas personas a nuestra manera celebrábamos el Día del Cariño, que engloba varias formas del mismo, como un acto sarcástico para quienes la amaban, asesinaron brutalmente a una de las mujeres más valientes que ha dado Guatemala,
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Actuaba de acuerdo a sus convicciones, no era ostentosa, no lo necesitaba, caminaba por los tribunales, argumentando con conocimiento pleno de las leyes y de cada caso, Lea De León, con su melena rojonaranja, no podía pasar desapercibida, imponía su presencia, por su aguda inteligencia, análisis crítico y su amplio conocimiento que la hacía analizar los casos con profundidad, entre muchas cualidades destacaba a mi criterio su lealtad, que muchos sabemos era incondicional.
Pero a los autores intelectuales de su muerte, les molestaba esa entrega a su causa, y como todos los cobardes que no saben pelear con las ideas, y que ignoran lo que es un debate con la inteligencia, optaron por la forma más fácil en este país de deshacerse de un enemigo (en este caso una valiente mujer) les resultó más fácil pagarle a sicarios, cualquier cantidad de dinero, para eliminar físicamente, a quien representaba un estorbo por ser un ser pensante, que sabía muy bien lo que hacía, y la profesión que ejercía.
¿Por qué mataron a Lea? Esa respuesta nos las tiene que dar el Gobierno, existen demasiadas muertes impunes, y la de ella no puede ni debe ser una más, no porque fuera abogada, mujer, madre, esposa, hija, la ironía de la vida es: Lea muerta, se convierte en un símbolo de la impunidad en Guatemala, menudo trabajo que tiene el Gobierno y la CICIG, esclarecer la muerte sangrienta a plena luz del día, en una calle transitada, de un icono de la valentía.
¿Dirán que ella misma se mandó a matar? ¿Cuántas hipótesis circularan ya sobre su muerte? ¿Quedará su muerte sin resolver como demasiadas ya? Excesivas interrogantes para una sociedad acostumbrada a beber sangre todos los días, la sangre, señores se ha convertido en el pan nuestro de cada día, y debemos exigir un alto a la barbarie, en la que hemos permitido viva el país, cada día se suman más muertos a las estadísticas, como si de objetos se tratara, pero no es así, se asesinan diariamente a seres humanos, todos valiosos, y todo sigue igual, la violencia nos carcome como un cáncer, que un día nos exterminará, urge por lo tanto hacer un alto YA.
¿Por qué escribo sobre la muerte de Lea? Porque me duele como cada muerte la de ella, con la diferencia que compartí con ella momentos difíciles, y siempre encontré la palabra y el consejo adecuado, y porque como guatemalteca, exijo pare el baño de sangre que enluta al país. POR UN PAÍS SIN ASESINATOS, YA NO MÁS VIOLENCIA NI IMPUNIDAD.