Las estrellas aparecen en la tradición popular de nuestro país desde tiempos ancestrales de la cultura prehispánica asociadas a divinidades y hechos sobrenaturales que adquieren interpretación diferente ligada al cristianismo después de la invasión española que también les dio un carácter sobrenatural divino ligado al cristianismo.
Estas interpretaciones de alguna u otra manera han sobrevivido hasta nuestros días expresadas en creencias populares que cobran especial vigencia en las festividades de fin de año que las relacionan con las imágenes de la Santísima Virgen María y el nacimiento del Niño Jesús para resaltar el carácter sobrenatural de estos personajes como centro de la religión católica que dominó nuestra ideología por más de trescientos años.
Un corolario de estas ideas está constituido por las estrellas en arte popular guatemalteco que cobran brillo en esta temporada y que ahora vamos a referir para explicar sus presencia, materiales y técnicas de elaboración en la tradición de nuestra tierra, que se apresta una vez más a disfrutar de sus rezados de fin de año, las posadas, los nacimientos y las jornadas de la Virgen donde estos astros brillan con luz propia con la magia y el encanto que les da la ingenuidad y la fe.
LOS PUEBLOS MAYAS ANCESTRALES Y LAS ESTRELLAS
La observación de las estrellas tuvo singular importancia para los pueblos ancestrales prehispánicos de América, como en toda sociedad mundial, en especial en las áreas mesoamericana y andina, en la medida que les permitió ubicarse en el tiempo y en el espacio cósmico , situación que dio lugar al aparecimiento y desarrollo de un calendario exacto, que incidió ostensiblemente en su capacidad de dominio de la agricultura, lo que dio lugar a la extensión de una amplia variedad de cosechas para alimentar y acrecentar poblados que fueron relacionando estos astros con deidades que guiaban la vida y el destino de las personas por su carácter temporal y cíclico en el firmamento.
La relación entre las estrellas y las creencias prehispánicas son múltiples y las más conocidas son las expuestas en el Popol Vuh, libro también conocido como la Biblia Quiché, que afirma: «los héroes Hun Ahpú e Xbalanqué subieron acá del mundo y en un instante se fueron al Cielo. Uno de ellos fue puesto por Sol y el otro por Luna y entonces se aclaró el Cielo. Y los cuatrocientos muchachos que mató Zipacná, también subieron y fueron sus compañeros, fueron hechos estrellas en el cielo.»
Lógica y relatos nos hacen concluir la importancia de las estrellas en el ideario prehispánico de los pueblos ancestrales de nuestra cultura que fueron convenientemente reorientados para apoyar el desarrollo del cristianismo como medio de unificación ideológica después de la llegada de los españoles a esta parte del Nuevo Mundo en los años 1519-1524.
EL CRISTIANISMO Y LAS ESTRELLAS
La religión cristiana considera las estrellas como parte del orbe que refiere el universo entero creado por Dios. Sin embargo, la concepción del papel que jugaron en los tiempos bíblicos y en los que se escribió el Nuevo Testamento que nos narra la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo, es un tanto peculiar, debido aluden una relación con él y la Santísima Virgen María de tipo sobrenatural destinada a enfatizar su venida al mundo como un hecho místico y sobrenatural.
LA VIRGEN MARíA Y LAS ESTRELLAS
Una primera relación de la Virgen María con las estrellas podemos inferirla en el Antiguo Testamento en el Apocalipsis escrito por San Juan, Capitulo XII donde la refiere como: «Una mujer vestida de sol, con la luna a sus pies coronada por doce estrellas.»
Esta descripción que ha inspirado interesantes obras de arte conocidas por en el ámbito cristiano católico como: «La Purísima Concepción de María», advocación que fue tomada como patrona de España y las Indias Occidentales encontrando gran difusión en nuestro medio, sobre todo después de la independencia de 1821 y fundación de la República de Guatemala en 1847.
Por otra parte, entre los atributos con que cuenta la Santísima Virgen María como símbolos iconográficos e ecológicos que la identifican existen las llamadas «Armas Vigini», que aluden a sus virtudes como madre de Dios y la humanidad donde destaca para el tema que ahora nos ocupa el uso de una mención como: «Estrella Matutina» que alude directamente a su papel como figura señera que dirige el buen comportamiento como guía de los cristianos.
Estos aspectos iconográficos descritos nos explican claramente la presencia estrellas en un halo que en número de doce sirven siempre de fondo a la cabeza de la Santísima Virgen, que en imágenes antiguas provenientes del periodo de la dominación española o el Siglo XIX suelen ser de plata pura o sobredorada. En las pinturas son representadas en color blanco sobre fondo azul. El pueblo, muchas veces al no contar con fondos para engalanar sus imágenes con materiales nobles como puede ser la plata, recurre a la hojalata, el papel esmaltado y otros similares, que sustituyan este material.
El 8 de diciembre es conmemorado por el calendario católico el día de «La Inmaculada Concepción de María», advocación que aún en nuestros días, es patrona de un nutrido número de comunidades en el país y las estrellas nunca faltan rodeando su cabeza, u otra más grande que la aluda como «Estrella Matutina» en suntuosos altares de novenarios o andas de los tradicionales rezados.
En muchos casos también se han bordado vistosas estrellas con hilos de plata u oro sobre mantos de terciopelo azul creando verdaderas obras de arte propias para las galas de estos días en donde el ornamento de las calles, los altares, el sabor de las comidas tradicionales se mezcla con el olor de flores, cohetes e resinas aromáticas que crean una nube de humo que mezcla las estrellas que sirven de fondo al rostro de las imágenes de la Santísima Virgen María con las del cielo anunciando como lo relató ya hace más una centuria el recordado historiador Ramón A. Salazar las fiestas de fin de año en Guatemala.
LA LLUVIA DE ESTRELLAS EXTRANJERAS Y NACIONALES
Una vez se hacen presentes las estrellas en los rezados de La Inmaculada Concepción en la mayoría de comunidades en donde también debemos incluir los viejos barrios de la capital, por arte de magia y temporada también caen las estrellas del cielo, inundando desde los más elegantes centros comerciales a donde llegan procedentes de China, Corea y Japón; revestidas de la más alta tecnología eléctrica muchas veces acompañadas de música, no escapando a esta invasión los mercados cantonales de ciudades y pueblos.
La lluvia de estrellas anuncia el nacimiento del Niño Dios que debido al proceso de privatización de la religión se han desplazado de los tradicionales nacimientos a los arbolitos de Navidad, abarcando hasta puras referencias descritas por la Biblia propia de facciones del cristianismo que prohíben toda manifestación superflua de fe.
Sin embargo, las estrellas particularmente la Estrella de Belén, simplemente se van a colar más allá de cualquier religión porque aparecerán sutilmente en todos lados en forma de series de lusitas navideñas, simbolizadas en papel o bien simplemente, al mirar el firmamento y nos recordarán la presencia de una fiesta que nos une a través de los siglos más allá de las religiones que ahora nos separan.
LA ESTRELLA DE BELí‰N Y EL NACIMIENTO DE LA í‰POCA COLONIAL
La elaboración de los nacimientos que data desde la fundación antiguo reino de Guatemala, la presencia de la Estrella de Belén fue siempre indispensable en este tipo de representaciones de temporada porque está basada en las Sagradas Escrituras como el símbolo que guió a pastores y los reyes magos hasta el sitio de Belén donde nació Jesús.
La necesidad de su presencia como elemento simbólico en la creación de estas obras de arte con carácter colectivo familiar hace que se cuente con muchas referencias que desde tiempos pretéritos de los materiales y técnicas de elaboración de este astro en plata cincelada llamada también en documentos antiguos como plata de martillo, cristal, espejos que eran los materiales más nobles del periodo de la dominación española en cuyo frente y reverso que se hacía en la misma manera para colocarles apropiadamente velas para aumentar la refracción de la luz y producir un efecto singular para identificar fácilmente la escena principal de cada nacimiento o Belén consistente en el nacimiento de Jesús.
Este tipo de Estrellas de Belén era propio de los nacimientos o Belenes para las iglesias y casas con alto poder adquisitivas que podían pagar el lujo de tener una escultura fina de las cuales, han llegado algunas hasta el Siglo XXI. Las personas que vivían en aquellos tiempos bajo otras circunstancias económicas y sociales, se ingeniaron la utilización de otros materiales y técnicas para la elaboración de sus estrellas y su Estrella de Belén empleando elementos alternos donde destacaba el bronce y el cobre, que pulido adecuadamente imitaba perfectamente el oro.
La falta de acceso a estos materiales por parte de los grupos sociales menos afortunados no fue ningún problema. El ingenio de los habitantes del antiguo reino siempre encontraron soluciones para suplir cualquier eventualidad, siendo la cera el material más económico de aquellos tiempos, facilitó la confección de esculturas de Niño Jesús, el misterio constituido por San José y la Virgen María, pastorcitos, animales, reyes magos y Estrellas de Belén que nunca hizo falta para crear el nacimiento que unió los sentimientos de unidad familiar y social por encima del lujo y la fastuosidad.
LAS ESTRELLAS CONTEMPORíNEAS DE BELí‰N
El desarrollo de la industrialización del Siglo XIX, puso al alcance del mundo nuevos materiales y técnicas en la elaboración del arte que alcanzó su reproducción mecánica, surgiendo así, las primeras estrellas de plata rebajada, bronce, espejos y cristal para uso de iluminación con velas producidas en serie que determinaron el desplazamiento de obras de arte de carácter único que se elaboraban anteriormente para comenzar a dar los primeros pasos en la estandarización en la presentación de algunos elementos de los nacimientos cuya riqueza radica en el ingenio de la combinación de elementos que al ser alternados con los materiales locales producen una eclosión artística singular. Estas primeras piezas de fábrica de seria propias par los nacimientos venían procedentes de los países más industrializados particularmente de Francia y Alemania.
El siguiente paso se dio con la introducción de la electricidad en el interior de las Estrellas de Belén a manera de lámparas revolucionando el arte por medio del diseño industrial que ya no solo combinaba materiales y técnicas de elaboración de las mismas, sino añadió un componente de carácter tecnológico.
Este desarrollo abarcó otros campos de la reproducción mecánica de las Estrellas de Belén y constelaciones del firmamento de los nacimientos de Guatemala que encontraron un aporte con la invención del papel esmaltado que las puso al alcance de los grupos populares las Estrellas de Belén y constelaciones del nacimiento, por otra parte la difusión del papel celofán y de China comenzaron a desplazar a la tarlatana en la representación de las nubes del firmamento de estos altares a mediados del Siglo XX.
LAS ESTRELLAS DE BELí‰N EN NUESTROS DIAS
El desarrollo del mundo moderno en Guatemala y la expansión de la globalización capitalista desatada ferozmente en nuestro país desde la primera década del Siglo XX determinó una difusión de la ideología de los países capitalistas más desarrollados en nuestro medio en donde el cristianismo ya había sido desplazado de su ideología desde hacia centurias, divulgando junto a sus intereses económicos su cultura que incluyó su religión.
En este contexto las facciones iconoclastas del cristianismo se hicieron presentes en nuestro medio en donde la Estrella de Belén pasó junto la escena principal de los nacimientos al árbol de navidad. En algunos casos se mezclaron los dos elementos donde se alterna el nacimiento debajo del árbol de Navidad y la Estrella de Belén sirve de nexo de unidad entre ambas representaciones de unidad familiar.
En los nacimientos de nuestro país no es raro ver esculturas antiguas que alternan con modernas Estrellas de Belén que hacen evidente la transformación de nuestras tradiciones a nuevas formas de expresión que enriquecen el ideario bajo nuevos parámetros que nos llevan a meditar en la pervivencia de las ideas primigenias de unidad familiar y comunitaria a la luz de las Estrellas de Belén cuyos rayos iluminan la esperanza por un futuro mejor.