POR MARIANO CANTORAL
Hay una retahíla de corrientes y doctrinas filosóficas que afirman que el conocimiento absoluto es imposible, ya sea que se considere a la realidad o ente que se pretende conoce como objetiva (real o materialista) o subjetiva (ideada o idealista)

El criticismo es un sistema filosófico kantiano (de Emmanuel Kant) que procura determinar los límites entre los cuales puede ejercerse legítimamente el entendimiento humano, es decir, desde esa arista diríamos pues, que el conocimiento humano, como manifestación o elemento de racionalidad, posee demarcaciones naturales que no puede sobrepasar ni tergiversar sin incurrir en ilegitimidad.
Muchas han sido las doctrinas o corrientes filosóficas a través de la historia que han pretendido explicar los límites del conocimiento humano y las formas de obtenerlo, es decir, el hasta dónde es posible conocer, saber, entender, comprender e inquirir de dónde proviene ese conocimiento.
Existe un debate perenne acerca de qué ciencia o arte es la encargada de estudiar el conocimiento, las principales áreas de estudio identificables en ese sentido son la epistemología y la gnoseología.
La epistemología proviene etimológicamente del griego episteme que significa «conocimiento», y logos que significa «teoría» es considerada una rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento científico y los criterios por los cuales se lo justifica o invalida.
La gnoseología (del griego, gnosis, «conocimiento» o «facultad de conocer», y, logos, «razonamiento» o «discurso»), también llamada teoría del conocimiento, es una rama de la filosofía que estudia la naturaleza, el origen y el alcance del conocimiento, diríamos que la gnoseología es la rama más general del conocimiento.
Al leer ambas definiciones podemos notar que existen puntos convergentes que conllevan a una confusión explicativa de las mismas, quizá la divergencia más certera que emana de las mismas sea que la epistemología está enfocada al conocimiento científico y la gnoseología al alcance del conocimiento sin diferenciar entre los diversos tipos de conocimientos que pueden existir, pero usualmente se ha aceptado la resolución de esta dicotomía de una manera semántica:
En inglés y otros idiomas, la gnoseología o teoría del conocimiento se conoce como epistemología (epistemology). En español, este término se reserva para el conocimiento específicamente científico, y por lo tanto es más bien una parte de la filosofía de la ciencia, entonces pues, diríamos que la gnoseología es la rama más general del conocimiento y que su límite de acción es lo que concierne al conocimiento científico que como ya dijimos es campo reservado para la epistemología.
En ese sentido, en la lengua castellana se ha aceptado como correcto afirmar que el objeto de la epistemología se circunscribe al conocimiento científico y la gnoseología al estudio del conocimiento común o restante del científico, lo cual nos parece deseable con fines metodológicos.
Así pues, podemos afirmar que mediante la gnoseología como teoría del conocimiento, es viable explorar el basto mundo inteligible (que puede ser entendido sin importar si es real o producto de los sentidos, debate anacrónico entre idealistas y materialistas), ya sea que se considere a la realidad que se pretende conoce como objetiva (real o materialista) o subjetiva (ideada o idealista), y una vez validadas las explicaciones de algún objeto que emanen del mismo (en forma de teorías y leyes o de axiomas, teoremas y corolarios) adquieren el carácter de ciencia, y se transforman en objetos de estudio de la epistemología.
A continuación realizaré un listado de definiciones seleccionadas del definidor virtual WordReference, acerca de doctrinas y corrientes filosóficas, que consideran que el conocimiento absoluto es imposible en razón de alguna circunstancia, ya sea por el objeto cognoscible (lo que se pretende conocer) o por el sujeto cognoscente (quien conoce). Así:
Escepticismo: Doctrina que afirma que la verdad no existe, o que, si existe, el hombre es incapaz de conocerla, como el escepticismo religioso.
Agnosticismo: Doctrina filosófica que niega al entendimiento humano la capacidad de llegar a comprender lo absoluto y sobrenatural:
Nihilismo: Doctrina filosófica que, basándose en la inexistencia de algo permanente, sostiene la imposibilidad de cualquier conocimiento.
Subjetivismo: Doctrina filosófica que limita la validez del conocimiento al sujeto que conoce.
Relativismo: Doctrina que propugna que el conocimiento humano es incapaz de alcanzar verdades absolutas y universalmente válidas:
Coloqué en último lugar al relativismo pues esta corriente afirma que el conocimiento humano sólo tiene por objeto relaciones, es decir, una relación entre el objeto cognoscible (lo que se conoce) y el sujeto cognoscente (quien conoce). La definición de esta doctrina es quizá la que más se aproxima al idealismo trascendental kantiano quien en su libro «Crítica de la razón pura» afirma que todo conocimiento exige la existencia de dos elementos: el primero, externo al sujeto (lo dado, o principio material), es decir, un objeto de conocimiento. El segundo, propio del sujeto (lo puesto, o principio formal), que no es más que el sujeto mismo que conoce.
Tal como dijimos al principio de este ensayo, el criticismo kantiano es un sistema filosófico y por lo tanto en él pueden caber diversas doctrinas o corrientes que se ajusten a sus postulados, y en términos generales el postulado fundamental de éste es el afirmar que el entendimiento o conocimiento humano posee límites es decir que no puede ser absoluto. Por ello citamos diversas corrientes que a nuestro parecer se ajustan al sistema filosófico del criticismo: Escepticismo, agnosticismo, nihilismo, subjetivismo y relativismo, ya que ellas en sus proposiciones establecen algún límite al conocimiento o a su validez, lo cual impide su calidad de absoluto.
Pero a todo esto, por qué el título del presente ensayo ¿La estadística, el ADN y las huellas dactilares bajo la lupa del criticismo? Pues cavilando conjeturé en la posibilidad de que dichos medios de identificación humana que se han considerado por la ciencia como personalísimos, es decir, que nadie más posee huellas dactilares y código genético (ADN) idéntico a los de uno mismo, puede ser fácilmente cuestionado por alguna rama vinculada al criticismo puesto que se tendría que realizar un examen total entre todos los seres humanos vivos y los que vayan naciendo para poder concluir objetivamente de ese modo (lo cual jamás se ha realizado en la historia), y no sólo en base a suposiciones estadísticas, pues hablando de estadísticas, cualquier escéptico podría dudar de sus resultados o probabilidades en toda área ya que una muestra de todo el universo no podría jamás erogar resultados generalizables en tiempo y espacio, ya que nadie puede predecir todo ni tener certezas de nada, por la misma dialecticidad de la existencia (su movimiento, cambio y transformación).