La esposa del mandatario


La historia nos enseña la enorme trascendencia que tiene la esposa, la cónyuge, la compañera de todos y cada uno de los hombres, en especial aquellos que tienen la responsabilidad de conducir los destinos de un pueblo, de una nación.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Los miembros de las fuerzas armadas de Chile, cuando entablan un noviazgo y se comprometen a contraer matrimonio, no sólo lo participan a sus familias, también piden una reunión al comandante del regimiento y su esposa, para presentarle a su novia y futura cónyuge, participándole su intención y pidiéndole su anuencia.

El comandante y su esposa conocen y evalúan a la pareja, en base a sus criterios informarán al oficial su aprobación o desacuerdo. Esto se realiza porque será determinante quien sea su compañera de hogar en la vida, en la carrera y desempeño del oficial.

En la escuela militar, además de tenerse por todos los cadetes ese bello poema «El retrato de mi madre», también es frecuente tener un libro de poesí­as militares de Chile. Dentro de ellas destaca el poema del coronel Santiago Polanco Nuño titulado «La esposa del soldado», el cual parcialmente transcribo:

«Yo quiero ahora soltar todo el cariño guardado, para brindar mi homenaje a la esposa del soldado.

La compañera ejemplar de sentimiento abnegado, que tolera nuestra vida a través de tantos años, sufriendo las ansiedades de esta lucha sin descanso, con caridad en el alma y la sonrisa en los labios.

Si yo fuera gobernante, decretarí­a un mandato para hacer un monumento a la esposa del soldado.

Milagros para comer con sueldo siempre precario; milagros para adornar un hogar que es visitado; milagros para tener sus hijos bien presentados; milagros para cumplir vida social a destajo, con reuniones, almuerzos y fiestas de mucho rango.

Por eso y otras razones, al monumento citado, yo le pondrí­a por tí­tulo: «La Virgen de los Milagros?».

Pericles compartió su vida como gobernante con Aspacia de Mileto, quien le ayudó y apoyó significativamente en su actuar; Fernando de Aragón reinó como igual con Isabel de Castilla, quien fue determinante en la reconquista de España y aún más en el descubrimiento de América.

Franklin Delano Roosevelt no hubiera sido Presidente de los Estados Unidos sin el apoyo e influencia de su esposa Eleonor; el presidente Kennedy vio marcado su mandato con la personalidad de Jacqueline Lee Bouvier. Clinton no sólo tuvo a su lado a una destacada profesional como esposa, sino que el rol de ella ha sido tan significativo que por primera vez se está a las puertas de que la senadora Hillary Clinton se elija presidenta.

Evita fue determinante en la primera elección de Perón como Presidente y continúa siendo un importante factor en la polí­tica de Argentina y en el Partido Peronista, aún muerta. Es de señalar el destacado papel que doña Marí­a Fernanda de Alemán ha jugado recientemente en la polí­tica de Nicaragua, en la vida del presidente Arnoldo Alemán ha sido su principal defensora, apoyo y fortaleza, a pesar de su juventud.

En Guatemala Elisa Martí­nez de Arévalo, distinguida primera dama, fue la precursora de la obra social de la Presidencia de la República; la esposa de Jacobo Arbenz Guzmán, Marí­a Vilanova influyó determinantemente en las opiniones polí­ticas y sociales de su gobierno, nos guste o no.

Los guatemaltecos, las mujeres y los jóvenes deben de evaluar el rol activo o pasivo que conllevan las cónyuges de los actuales candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia por su enorme importancia real, no la legal. No hacerlo es tapar el sol con un dedo.