La historia nos enseña la enorme trascendencia que tiene la esposa, la cónyuge, la compañera de todos y cada uno de los hombres, en especial aquellos que tienen la responsabilidad de conducir los destinos de un pueblo, de una nación.
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Los miembros de las fuerzas armadas de Chile, cuando entablan un noviazgo y se comprometen a contraer matrimonio, no sólo lo participan a sus familias, también piden una reunión al comandante del regimiento y su esposa, para presentarle a su novia y futura cónyuge, participándole su intención y pidiéndole su anuencia.
El comandante y su esposa conocen y evalúan a la pareja, en base a sus criterios informarán al oficial su aprobación o desacuerdo. Esto se realiza porque será determinante quien sea su compañera de hogar en la vida, en la carrera y desempeño del oficial.
En la escuela militar, además de tenerse por todos los cadetes ese bello poema «El retrato de mi madre», también es frecuente tener un libro de poesías militares de Chile. Dentro de ellas destaca el poema del coronel Santiago Polanco Nuño titulado «La esposa del soldado», el cual parcialmente transcribo:
«Yo quiero ahora soltar todo el cariño guardado, para brindar mi homenaje a la esposa del soldado.
La compañera ejemplar de sentimiento abnegado, que tolera nuestra vida a través de tantos años, sufriendo las ansiedades de esta lucha sin descanso, con caridad en el alma y la sonrisa en los labios.
Si yo fuera gobernante, decretaría un mandato para hacer un monumento a la esposa del soldado.
Milagros para comer con sueldo siempre precario; milagros para adornar un hogar que es visitado; milagros para tener sus hijos bien presentados; milagros para cumplir vida social a destajo, con reuniones, almuerzos y fiestas de mucho rango.
Por eso y otras razones, al monumento citado, yo le pondría por título: «La Virgen de los Milagros?».
Pericles compartió su vida como gobernante con Aspacia de Mileto, quien le ayudó y apoyó significativamente en su actuar; Fernando de Aragón reinó como igual con Isabel de Castilla, quien fue determinante en la reconquista de España y aún más en el descubrimiento de América.
Franklin Delano Roosevelt no hubiera sido Presidente de los Estados Unidos sin el apoyo e influencia de su esposa Eleonor; el presidente Kennedy vio marcado su mandato con la personalidad de Jacqueline Lee Bouvier. Clinton no sólo tuvo a su lado a una destacada profesional como esposa, sino que el rol de ella ha sido tan significativo que por primera vez se está a las puertas de que la senadora Hillary Clinton se elija presidenta.
Evita fue determinante en la primera elección de Perón como Presidente y continúa siendo un importante factor en la política de Argentina y en el Partido Peronista, aún muerta. Es de señalar el destacado papel que doña María Fernanda de Alemán ha jugado recientemente en la política de Nicaragua, en la vida del presidente Arnoldo Alemán ha sido su principal defensora, apoyo y fortaleza, a pesar de su juventud.
En Guatemala Elisa Martínez de Arévalo, distinguida primera dama, fue la precursora de la obra social de la Presidencia de la República; la esposa de Jacobo Arbenz Guzmán, María Vilanova influyó determinantemente en las opiniones políticas y sociales de su gobierno, nos guste o no.
Los guatemaltecos, las mujeres y los jóvenes deben de evaluar el rol activo o pasivo que conllevan las cónyuges de los actuales candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia por su enorme importancia real, no la legal. No hacerlo es tapar el sol con un dedo.