La Huelga de Dolores es el fiel reflejo de lo que ocurre en la Universidad de San Carlos. Lamentablemente este año dos muertos y varios heridos se han registrado por sucesos vinculados con esta tradicional actividad.
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Desde hace varios años la Huelga de Dolores ha tenido una natural decadencia, pero este año, debido a las muertes y ataques, es imperativo realizar una revisión de la naturaleza de este evento, porque de allí surgen confusiones y errores mentales, como pedir el bono huelguero a presidentes y diputados, o de rechazar participar en un evento, simplemente porque no están dispuestos a quitarse las capuchas.
En orden de importancia, habría que resaltar cuál es, en realidad, el espíritu de la Huelga de Dolores: la crítica sociopolítica. Surge en medio de un largo período de dictaduras, y alcanza su punto más álgido cuando la represión se agudiza durante el gobierno de Manuel Estrada Cabrera. Es decir, que una de las características de su esencia es que la Huelga de Dolores es antidictatorial y, por ende, se opone al poder establecido.
Otra de sus características es la carnavalización de sus actividades, especialmente del Desfile Bufo, lo cual le permite criticar, de una forma jocosa, lo que no se puede criticar de una manera seria. Los fenómenos carnavalescos tienen esa característica, algo así como ese viejo y conocido refrán que tenemos los guatemaltecos: “Entre broma y broma la verdad se asoma”. Pero para que el mensaje crítico y ácido tenga un impacto, es necesario que goce de chispa y humor, y no que se base en la simple vulgarización o el uso de lenguaje soez, sólo porque sí.
No dudo de que algunos estudiantes que participan en la Huelga de Dolores aún conserven ese espíritu burlón y crítico que se necesita. No dudo de que algunos todavía lo consideren como una trinchera desde la cual puedan aprovechar para continuar con una crítica social, la cual se realiza durante el resto del año, con otro tipo de discurso. Entre los eventos que aún conservan esa mezcla esencial de humor y crítica ácida, es la competencia del Rey Feato, cuyos competidores intentan hacer reír comentando la realidad nacional.
Sin embargo, la Huelga de Dolores se ha convertido en una especie de cueva en donde algunas personas encuentran una forma más de hacer dinero, o de mantener posiciones de poder. No entiendo, por ejemplo, si la huelga es de esencia antidictatorial y de contrapoder, por qué existe una estructura vertical de relaciones, en donde hay un grupo que mantiene el poder general, y grupos más pequeños que mantienen el poder en las diferentes facultades.
De hecho, tal y como entiendo, ese debió ser la causa del problema en que hubo ataques entre supuestos miembros del subcomité de Huelga de una de las facultades, y por la pugna de poder hubo un ataque directo, que motivó la muerte de una de las víctimas.
Sería deseable, como decía, que los participantes de la Huelga, y no digo sólo los dirigentes sino que todos, se replanteen cuál es la esencia, y que se encaminen a encontrarla y procurarla. Y, mientras dan en el clavo, considero adecuado ofrecer algunas recomendaciones desde mi punto de vista.
1) Es ilógico que se cobren bonos huelgueros al Presidente, Vicepresidenta, diputados y otros altos funcionarios. El crítico tiende a no criticar a sus financistas, y la esencia de la Huelga es criticar a la gestión pública.
2) Es desquiciante que, para financiarse, se cobre a los mismos estudiantes para poder ingresar a la Universidad. En esencia, la Huelga es también un fenómeno que surge de los buenos estudiantes. Los miembros de la Huelga deben ser, imperativamente, estudiantes regulares, con buenos promedios y con una trayectoria estudiantil correcta. Si se permite la participación de personas no inscritas, o estudiantes que han estado más de cinco años en la universidad sin ganar un solo curso, entonces es explicable el porqué de la decadencia de la Huelga de Dolores, porque está siendo dirigida por personas sin sentido crítico.
3) En consecuencia, en el tema del financiamiento, se comete un error si se piensa que la Huelga necesita fondos para causar impacto. Lo que se necesita es pensamiento crítico, humor y denuncia social. Y esto es gratuito.
4) El licor y la embriaguez ayudan para crear ese ambiente burlesco y de catarsis. Sin embargo, hoy día, el tema del licor ha sido más fuente de problemas, por lo que debería ser prohibido.
5) La capucha no es esencial en la Huelga; lo esencial es la crítica. La capucha fue un elemento de seguridad durante los años de mayor represión. Hoy día es anacrónica y debería ser suprimida.
Tal y como está ahora, la Huelga de Dolores es un fenómeno violento, que extorsiona a los estudiantes para cobrar la entrada, se cubren el rostro para no ser identificados y, especialmente ha provocado ataques injustificados y hasta muertes. La esencia huelguera es de carácter no violento.