En aquel tiempo, cuando se producía el cambio de clima, entrada del invierno, especialmente, las mamás acostumbraban darle a sus hijos de edad escolar un deslombrizante, pues decían que estas se alborotaban e incidían en el carácter del niño, así como también en su rendimiento escolar, y no andaban tan despistadas; lo mismo decían de «los terrores nocturnos», de los cuales doy fe, porque me afectaron, y después de un examen de laboratorio y bebida del respectivo medicamento, desaparecieron esos terrores.
Se acostumbra en la actualidad la toma de radiografía de los pulmones, pero considero oportuno iniciar a la par, una divulgación al respecto de esos parásitos, que incluso se puede hacer en volantes y entregarlos a cada mamá al momento de la inscripción, indicando la práctica de ese examen.
Considero también la conveniencia de alertar a los señores maestros en este tema, para que ellos al notar en sus alumnos esa variación en su conducta y en el bajo rendimiento en sus tareas, platiquen con las mamás, para saber qué es lo que conviene hacer, a la par de entender a sus pupilos.
Como lo he dicho en otras ocasiones, esto entra en el campo de «la valía de lo mínimo», pero que a la larga sirve de mucho. Así es pues, señoras mamás, a deslombrizar a sus retoños antes de ir a clases, y si ya están asistiendo, también.
GOTITA: Por reclamar la devolución de su dinero, los amenazan con la fuerza pública. ¡Vaya!